Fue lindo mientras duró: por nuevo dólar, irse 15 días con la familia al exterior puede costar más de $120.000

VACACIONES

El efecto combinado de la mayor devaluación y recargo del 35% encareció fuertemente los viajes. A punto tal que un paquete a Miami y Orlando cuesta 70% más que hace un año. Financiarlo a 12 cuotas implica pagos mensuales de $8.200, similar al salario promedio. ¿Punto final al deme dos?

Del «vivir con lo nuestro» al deseo oficial de pesificar la economía, todos y cada uno de los intentos de la administración K por dejar de lado al dólar fueron estériles.
Los ejemplos no escasean: las reservas del BCRA que continúan desinflándose pese a la irrupción del cepo hace dos años o las ventas de autos importados en niveles récord son muestra de este fenómeno.
Sin embargo, si hay un símbolo que sintetiza la predilección de los argentinos por acceder a bienes o servicios dolarizados, ése es el turismo internacional.
Con varios años ininterrumpidos de tasas positivas de crecimiento, la salida de turistas por Ezeiza, Aeroparque o los pasos fronterizos, se transformó en una postal de los años de «dólar barato».
De la mano de más de 5 millones de argentinos que, en cada período, decidieron descansar en el exterior, había reflotado -especialmente a partir de 2009- esa frase que marcó a fuego cada etapa de la historia reciente en la que la economía cayó en el atraso cambiario: el «deme dos».
Bajo estas dos simples palabras se engloba a un fenómeno que se vivió a fines de los ´70, que resurgió a mediados de los ´90 con la convertibilidad y que volvió a la luz en esta última etapa, de la mano de una administración kirchnerista que convalidó una alta inflación como motor del crecimiento pero que a la vez ancló el tipo de cambio para no fogonear más la suba de precios.
En la etapa previa a las últimas elecciones, cuando los rumores de nuevas restricciones estaban a la orden del día, más argentinos se agolparon en las agencias de viaje no sólo para cerrar a último momento las vacaciones de verano, sino para adelantarse y contratar paquetes y tickets aéreos de cara a Semana Santa o el receso invernal.
«Hubo un adelanto de consumo muy fuerte», relató Rubén Sánchez, director de la cadena de agencias Manjes, con fuerte presencia en Zona Norte.
Este revival del «deme dos» también quedó plasmado en los millones de argentinos que hicieron shopping en el exterior y en aquellos que utilizaron los portales de Internet de compañías chinas o estadounidenses para traer ropa y tecnología.
De hecho, desde CAMOCA, entidad que nuclea a fabricantes de artículos electrónicos, estimaron que el año pasado los particulares ingresaron a la Argentina más tablets y computadoras portátiles que todo lo producido por compañías nacionales dentro del país.
Sin embargo, otra historia comenzó a escribirse a partir de esta última etapa, no sólo por un recargo del 35% que está al límite del nivel que la Justicia consideraría confiscatorio. Sino también, por un tipo de cambio que hace unos meses abandonó su letargo para embarcarse en un empinado rally alcista.
«El combo de variables que incluye recargo, suba del dólar y salarios que no crecen en términos reales, genera que a partir de ahora no se espere que el turismo siga batiendo récords. Por el contrario, se estima una caída», destacó Soledad Pérez Duhalde, economista de la consultora Abeceb.
¿El ocaso del «deme dos»?
La variable tipo de cambio juega un partido especial en el afán de argentinos por cruzar la frontera. Sucede que, desde la instauración del cepo, se había instalado la premisa de que, mientras existiera una gran brecha respecto del blue, todos los intentos por doblegar el turismo internacional resultarían inocuos.
Pero, poco a poco, el Gobierno parece lograr lo que hasta ahora parecía difícil: con un «dólar turista» (oficial + recargo de AFIP) cerca de los $8,50, el gap respecto del informal se achicó a menos de un 15%.
«Luego del aumento del recargo notamos que se generó un clima de mucha mayor cautela. Más clientes, especialmente de clase media, cayeron en la cuenta de que quedó poquísimo margen entre el blue y el dólar del sector turístico. Y esto lógicamente desincentiva», recalcó Sánchez.
Para Pérez Duhalde, «el comportamiento de los argentinos no hay que analizarlo sólo bajo los efectos del alza del recargo por parte del Gobierno, sino que hay que evaluar todo el conjunto».
Según la analista, «el incremento del ritmo devaluatorio, así como el hecho de que lo salarios están dejando de crecer en términos reales, son variables que influyen tanto o más que la alícuota».
Y si bien hay algunos factores que siguen impulsando a los argentinos a viajar al exterior -como los precios al alza en los destinos turísticos locales, las amplias opciones de financiamiento o las escasas alternativas de inversión-, el combo que incluye recargo, tipo de cambio y menor poder adquisitivo, está generando que cruzar la frontera sea cada vez menos sencillo para la clase media.
Un ejemplo para plasmar estas crecientes dificultades se obtiene al analizar los costos que, a partir de la última medida anunciada por la AFIP, deberá enfrentar una familia que desea visitar visitar dos destinos tradicionales como Miami y Orlando.
En caso de que dicho grupo familiar decida contratar hoy un viaje de dos semanas para viajar este verano -incluyendo hoteles, alquiler de auto y pases a los parques de diversiones de Disney-, deberá desembolsar casi $100.000 (ver cuadro)

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En caso de querer financiarlo a lo largo de 12 meses, el monto de la cuota ascenderá a la friolera $8.200, prácticamente el equivalente a un salario promedio del sector privado en la Argentina.
¿Cómo era la ecuación para esa misma familia -conformada por dos adultos y dos menores- en diciembre de 2012?
En esos momentos -cuando no existía ningún recargo a los paquetes y el dólar se ubicaba por debajo de los $5- contratar ese mismo viaje tenía un costo de $57.000.
Es decir que, en apenas un año, contratar un viaje de similares características se encareció cerca de un 70% en términos de moneda local.
Paralelamente, si en ese entonces se optaba por financiar dicho viaje, esta familia hubiese tenido que enfrentar cuotas mensuales bastante más accesibles: unos $3.200 menos que en la actualidad.
Si se analiza el costo del paquete en función del salario, salta a la vista el mayor esfuerzo que hoy tienen que hacer los argentinos:
• En 2012, el valor del viaje representaba el equivalente a 8 ingresos promedio del sector formal ($7.036).
• En la actualidad, considerando un salario medio neto de $8.725, un argentino deberá destinar 11,2 mensualidades para poder contratar un paquete similar.
En tanto, una familia que sólo planee ir a Orlando, por menos días y sin grandes lujos, optando por hoteles 3 estrellas, tampoco encontrará grandes diferencias.
En portales como Despegar promocionan paquetes «post nuevo recargo» -para dos adultos y dos menores- con precios que superan los $93.000.

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El peso de los «extras»
Claro que todos estos valores no consideran gastos básicos y fundamentales que se hacen en el lugar de destino, como es el caso de la carga de nafta, comidas y esparcimiento.
Considerando el primer viaje presentado como ejemplo, que incluye los destinos Miami y Orlando, y estimando un gasto promedio de u$s200 diarios para cubrir todas estas necesidades, surge que un grupo familiar -tomando un tipo de cambio oficial de $6,50 para enero- deberá desembolsar el equivalente a $26.300, incluyendo el recargo AFIP.
Así las cosas, sumando el valor del paquete ($98.370) más los extras, surge que dicho viaje no bajará de los $124.000.
Para Sánchez, obviar los gastos en destino al planificar un viaje es un «error», dado su creciente peso en la cuenta final, tal como se desprende de los siguientes ejemplos:
• Una botella de agua de 1 litro, en cualquier tienda Wallgreens de Miami, cuesta u$s2,5. En pesos, al tipo de cambio proyectado para enero, equivaldrá a $22, un 215% más que en Buenos Aires.
• Una familia que decida almorzar en un McDonald´s deberá pagar unos u$s32 por cuatro combos, lo que equivaldrá a $280, casi 20% más que en un local de Buenos Aires.
«El recargo de 15 puntos afectó la toma de decisiones, pero no hay que verlo como algo aislado, sino en función del dólar oficial y del blue. Este cóctel llevó a que muchos que venían consultándonos para cerrar la compra de un paquete, desistieran porque veían que la cuenta ya no les cerraba tan cómodamente», aseguró Sánchez.
Europa, más lejos
En los últimos años, también Europa se había posicionado como un destino clave para los argentinos deseosos de sacarle el jugo al dólar barato.
En la actualidad, para contratar un paquete para dos personas para el mes de enero, que incluya 15 noches en ciudades de España, Italia, Francia y Londres, con traslados y desayuno tipo buffet, será necesario desembolsar unos $33.000.
Claro que a esto habrá que sumarle los dos pasajes aéreos, que tienen un costo «puro» de $24.600.
A esa cifra habrá que sumarle impuestos y recargo de la AFIP, que disparará la cifra casi $19.000 pesos más, elevando el costo de los tickets hasta los $43.340.
De modo que dicho viaje a Europa, sin contar comidas y gastos extras, costará más de $76.000, también cerca de un 70% más que el año pasado.
¿Se achicará el déficit?
Según proyecciones de Abeceb, este año, considerando gastos en paquetes, aéreos y «tarjeteo» en el exterior, el déficit sectorial tocará un nivel récord de u$s8.000 millones (ver gráfico).

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Tal como se observa, el turismo hasta 2011 había dejado más dólares en la economía que los que «aspiraba». Sin embargo, en la actualidad pasó a convertirse en una de las mayores «grietas» para el Gobierno, que choca con su afán por cuidar las reservas.
Ya de cara al 2014, si bien nadie espera una reversión completa del rojo, sí se prevé un achicamiento del déficit.
Pérez Duhalde destacó que para tener una visión más precisa sobre cuánto podrá caer el turismo emisivo, «habrá que ver cómo evolucionan los precios en los destinos dentro del país».
Sucede que, según la experta, «con este nuevo recargo se está facilitando el terreno para que los alquileres o los servicios en la Argentina tengan un techo más alto para subir sus tarifas respecto del verano pasado».
Paralelamente, la baja no sólo se dará por menos viajes, sino porque el recargo y la devaluación también afectarán a la fiebre por hacer shopping en plazas clave como Miami.
No es para menos, dado que en rubros como tecnología, este combo ya está haciendo efecto: en el caso de los productos Apple, por ejemplo, a mediados de año en la Argentina llegaron a costar hasta el doble -en pesos- que en EE.UU.
Sin embargo, en la actualidad la brecha no supera el 15%, con el incentivo extra de poder pagarlo en un local porteño en cuotas sin interés tal como diera cuenta iProfesional (ver nota: Con dólar turista es más caro, la pregunta inevitable: ¿conviene comprar tecnología en el exterior?).
Así las cosas, si bien no se esperan grandes derrumbes, los empresarios del sector ya prevén un menor caudal de argentinos haciendo el check-in para disfrutar de las mieles de lo que fuera, en otros tiempos, un dólar barato.
infobae.com