El Gobierno impulsaba a un miembro de Justicia Legítima al frente de la Cámara Federal, pero no logró la mayoría
En una elección que significó un revés para un sector de la Justicia más cercano al gobierno nacional, la Cámara Federal de Casación, el tribunal penal más importante del país por debajo de la Corte Suprema, designó ayer nuevo presidente a Mariano Borinsky, uno de los nuevos magistrados que entraron al tribunal.
La votación fue seguida de cerca por el Gobierno, que impulsaba la designación de Alejandro Slokar como presidente del tribunal, un ex funcionario kirchnerista, catedrático en la línea del juez de la Corte Eugenio Zaffaroni e integrante de la comisión directiva de la agrupación judicial filokirchnerista Justicia Legítima. El ministro de Justicia, Julio Alak, incluso se comunicó horas antes con algunos jueces para hacer campaña por Slokar.
También desde la Corte Suprema de Justicia se siguió paso a paso la votación.
La voluntad mayoritaria de los jueces del tribunal también impidió ayer que ingresaran a la Casación, como suplentes, jueces que sintonizan con el Gobierno. La mayoría rechazó el planteo de Slokar para que ingresen como subrogantes para cubrir las cuatro vacantes del tribunal, tanto los candidatos de la lista de conjueces, casi todos kirchneristas de paladar negro que envió el Gobierno al Senado, como los flamantes jueces de la nueva Cámara Nacional de Casación, creada en los papeles, pero sin edificio ni oficinas. La mayoría de los nombrados en ese tribunal adhiere a las ideas de Justicia Legítima.
Ayer, la postulación de Slokar para la presidencia terminó con tres votos a favor, de sus colegas de la Sala II, Pedro David y Ángela Ledesma, y siete votos en contra, del resto del tribunal.
Borinsky logró seis votos en su favor y cuatro abstenciones, de Slokar, Ledesma y David, y de la jueza Liliana Catucci. Como vicepresidenta primera fue elegida Ana María Figueroa (con siete votos y tres abstenciones) y vicepresidente segundo, Eduardo Gemignani (con seis votos y cuatro abstenciones, pues él no se votó a sí mismo).
Tras la votación, el presidente de la Corte, Ricardo Lorenzetti, hizo llegar su felicitación a las nuevas autoridades.
«Todo salió como queríamos. La votación demostró que a la Casación no entró la política», dijo uno de los magistrados de la mayoría triunfadora. La Cámara de Casación revisa todas las sentencias en los juicios penales de todo el país. Su actuación es clave en la política criminal, pero también es la última llave, antes de la Corte Suprema, para que prosperen o mueran casos de corrupción que inquietan al Gobierno.
ACUERDO
Ayer, el presidente saliente, Gustavo Hornos, abrió el acuerdo para elegir a su sucesor. Tras agradecer el apoyo institucional que le dieron sus colegas, dio por abierto el acuerdo. Slokar entendió que le correspondía ser presidente porque el reglamento prevé que «se elegirá» de acuerdo con el orden de ingreso al tribunal, de manera rotativa. Como entre los cuatro nuevos que juraron juntos el 27 de septiembre de 2011 era el que tenía el número de decreto más bajo, se consideró el más antiguo y, por lo tanto, presidente. Pero sus colegas destacaron que el mismo reglamento habla de que el presidente debe ser elegido, por lo que hacía falta la votación. Así se hizo y la moción perdió por siete votos.
El siguiente en el orden de antigüedad por número de decreto era Borinsky, que fue votado y obtuvo seis votos a favor y cuatro abstenciones, de Slokar, Ledesma y David, y la cuarta de Liliana Catucci, que también aspiraba a ser presidenta. Slokar explicó que se abstuvo de votar porque no compartía la interpretación del reglamento, pero de todos modos destacó la idoneidad y aptitud de Borinsky, al punto de que lo abrazó tras la votación.
No hubo la tensión de otros acuerdos. Borinsky agradeció a sus colegas el voto y destacó que era necesario trabajar y sacar sentencias, que está por encima de la función política del tribunal, dijo.
De perfil dialoguista, impulsó una dinámica de audiencias para acelerar los casos atrasados y se mostró a favor de las iniciativas de la Corte Suprema contra los proyectos democratizadores de la Justicia, que el máximo tribunal dejó hechos jirones.
También ayer se definió la integración de las salas de Casación. En la Sala I quedaron Figueroa, Luis María Cabral y Juan Carlos Gemignani; Ledesma, David y Slokar, en la Sala II; Eduardo Riggi, Catucci y Figueroa, en la III, y Hornos, Borinsky y Gemignani, en la IV..
Fuente: La Nación