Agüero, la otra gran estrella de la Selección que hoy a las 22.30 enfrenta a Bosnia, cuenta cómo es usar la 10, su ilusión de ser el jugador top y que “ganar el Mundial sería cumplir un sueño”.
Cómo es usar la 10, Kun?
-Esa camiseta tiene dueño. Acá alguien tenía que usar la 10 y Leo me pidió que la usara yo. Ahora algunos me escriben y me dicen: “Kun, ¿qué hacés con la 10?”. Ahí les digo que es de Messi, yo sólo la uso como repuesto, ja.
-¿Vos te sentís crack?
-No sé si soy crack. Sí hago lo mejor para ser uno de los grandes jugadores del mundo. Mi sueño es ganar el Mundial y después ser el mejor jugador del mundo. Quedaría en la historia.
-O sea que te ratoneás con uno de los cuatro Balones de Oro que tiene Leo. Uno puede largar.
-Estamos hablando del mejor de todos, que lo seguirá siendo. Por eso hay que dar el máximo y ojalá que algún día llegue la gran recompensa…
El Kun Agüero -un crack aunque no lo diga por humildad- habla de ambiciones supremas de un futbolista con el mismo tono que le dice a Ever Banega que lo espere para jugar a las cartas. Después de la cena se acerca él mismo, solo, para cumplir con la entrevista. Baja al séptimo piso y se sienta en un sillón del lujoso Four Seasons. A través de un vidrio gigante admira la vista de Saint Louis de noche. Por eso acepta hacer las fotos de día para que se vea más lindo aún. Su look es de estrella europea, un corte de pelo que no usaba de pibe, pero en la intimidad se mueve como el chico común que era…
-Con Messi los une una amistad y mucha admiración. ¿Comparten también una responsabilidad grande en la Selección?
-Por ahí Leo tiene más carga porque todo el mundo está pendiente de él y le exige. Yo estoy para ayudarlo a él y al equipo, para que tampoco sienta toda la responsabilidad. Tenemos que dividirla entre varios. La gente nos pide más y eso es bueno: tenemos que dar el máximo para darle una alegría.
-Ustedes son el talento de la Selección, los que salen en todas las fotos. ¿Sienten que se tienen que poner el overol para ayudar más al equipo en el retroceso?
-En la Selección tenemos a Leo, pero desde el arquero hasta el 9 somos iguales. Todos nos tenemos que poner el overol. Somos un equipo. Pipa, Leo, Fideo o yo después podemos sacar algo de nuestras cualidades, de lo que sabemos hacer desde chicos, y hacer la diferencia. Pero si no estamos todos unidos, es difícil ganar.
-El gran inconveniente es cómo defiende el equipo. ¿Hablan entre ustedes de cómo solucionar este desequilibrio?
-En los pocos días que tenemos, Alejandro está trabajando a full con la defensa, más el retroceso de los medios y de los de adelante. A nosotros siempre nos da libertad para atacar, pero tenemos que estar bien ordenados. Somos cuatro jugadores con características de ataque. Entonces, cuando no tenemos la pelota debemos posicionarnos, para defender bien. La defensa de a poco se está armando bien. Lo bueno es que juegan juntos desde hace bastante. Eso da confianza. Es difícil armar una línea de cuatro con poco tiempo de trabajo. Por ahí un mediocampista o un delantero se integra más fácil.
-Más por la forma de jugar ofensiva del equipo.
-Sí. Tenemos un esquema ofensivo. Alejandro trata de que no nos sorprendan. Pero siempre nos van a atacar porque se generan espacios cuando vamos para adelante. Igual hay tiempo de solucionarlo hasta que empiece el Mundial.
-¿Qué es lo que más te gusta de Sabella?
-Que es un técnico que está constantemente encima de nosotros. Sabella no nos deja relajar. Suele pasar en todos los equipos de mundo que, cuando las cosas van bien o sale todo como lo planificás, después te relajás. Empezás a decir, por ejemplo, “hoy es un amistoso, vamos a jugar así total no pasa nada”. Alejandro eso no lo quiere. Tanto en los partidos como en las prácticas nos exige al máximo y nos dice que estamos representando a la Argentina, que no se puede bajar los brazos porque el Mundial está cerca. Y no es ahora que estamos clasificados, siempre. Durante las Eliminatorias fue lo mismo. Incluso, cuando se veía que teníamos todas las chances de clasificarnos, él nos decía y nos dejaba claro que no lo habíamos conseguido, que no nos podíamos quedar… Es bueno eso: nos mantiene atentos y concentrados.
-¿Se termina de disfrutar de jugar en la Selección o se siente la responsabilidad?
-Sí, se disfruta. El grupo se armó muy bien. Nos llevamos bárbaro y eso luego se traslada a la cancha. Nos divertimos. Lo bueno es que ya sabemos cómo somos todos, qué le molesta a tal. Todo es más fácil con un buen grupo.
-¿Cómo fue el momento en el que metiste el gol consagratorio en el Manchester City?
-Fue algo loco. Unos minutos antes del gol de Dzeko, miré la pantalla, vi que iban 87 minutos y me daba por vencido. Recién cuando él empató me dije “uy, quizás una me queda”. Y gracias a Dios me quedó. En ese momento fue una descarga grande, me saqué la camiseta y festejé. Después no me acordaba nada. Estaba shockeado. Quedé en blanco… Recién a los dos días empecé a caer y a decir “qué loco el gol que metí, va a quedar en la historia”.
-¿Lo viste muchas veces por la tele?
-Sí, pero después. Al principio no caía. Cuando iba mirando las repeticiones me di cuenta lo lindo que fue.
-¿Qué le sumó a tu juego el fútbol inglés?
-Al ser tan rápido, te permite desarrollar la concentración y afinar la técnica. Por eso uno aprende cada día. Igual siento que me queda bastante por aprender.
-¿Sos feliz en Inglaterra?
-Sí. Estoy contento allá. El club me trata muy bien. Estoy muy tranquilo. Es diferente a estar en España o la Argentina. Lo único que hago es disfrutar del fútbol, descansar, estar en casa. Puedo salir a pasear o comer con total tranquilidad. Para un jugador o cualquiera que sea conocido, es importante tener la cabeza despejada.
-¿Te acostumbraste a ser papá?
-Sí, hacía diez días que no lo veía a Benjamín, pero estuve con él en Manchester. Uno se acostumbra todos los días a ser papá. Muchos dicen “qué lindo que es ser papá, es maravilloso”. Pero es complicado. Nadie está preparado para tanto. Pero lo disfruto mucho, hablamos con él por Skype. O le saca el teléfono a la mamá y me llama.
-¿Te llama él?
-Sí, va a cumplir cinco años ahora y es una fiera.
-¿Y anda bien con la pelota?
-Si le tirás la pelota juega, pero ahora está con los muñecos, con lo de los superhéroes. Así que ahora me quedo en el piso jugando con él y nos divertimos juntos con eso.
-El es hincha de Independiente como vos. Entre los refuerzos que querés llevar en enero no está Messi, ¿no?
-No, pero vamos a hablar del tema (suelta una carcajada). Yo siempre quiero que le vaya bien al club. Estuve hablando con De Felippe porque lo conocía de la época que estuve con Falcioni. No para llevar refuerzos… Yo quiero que todo se acomode. El club va a estar en el lugar que siempre tiene que estar, entre los mejores y arriba. Siempre digo que estoy para ayudar al club, porque el día de mañana es al club al que voy a volver.
-Antes el objetivo es el Mundial. ¿Ya te lo pusiste a imaginar?
-Me da mucha ansiedad. Estoy esperando que se haga el sorteo para saber contra quién vamos a jugar. Con los tres técnicos anteriores (Batista, Maradona y Basile) no tenía espacio en el equipo. Reconozco que era porque había delanteros que estaban mejor que yo. Pero Alejandro me dio la posibilidad de ser titular y entonces estoy más ansioso, con ganas de hacer las cosas bien en un Mundial. Ganarlo sería el cumplir el sueño que tengo desde pibe.
Fuente: Olé