Maniatan y asaltan a pareja en una casa de La Loma

inseguridad

Sucedió en 49 entre 23 y 24. Actuaron dos delincuentes armados y encapuchados. Despertaron a los moradores. A ella le pegaron porque gritaba. Se tomaron una gaseosa y se fueron con $ 8.000 

Una pareja sufrió un violento robo ayer a la mañana en la casa en la que viven ubicada cerca del Parque San Martín, cuando dos ladrones encapuchados y armados se colaron, los despertaron, los maniataron y golpearon para luego llevarse unos 8.000 pesos, cuatro celulares y otros objetos de valor.

El hecho se produjo cerca de las 8.30 en 49 entre 23 y 24, donde dormían Santino Ulibi (31) y Betsabé Pinto, de 19 años. Los dos escucharon un ruido y cuando se quisieron incorporar ya tenían a dos sujetos desconocidos dentro de la habitación.

Santino le contó a Trama Urbana que “en cuestión de segundos ya nos habían atado con las manos atrás y quedamos acostados boca abajo”. Al joven lo maniataron con una calza, un cinto y un cable. A ella con una remera.

Betsabé se puso muy nerviosa ante la situación que estaba padeciendo y empezó a gritar y como no se callaba, recibió varios culatazos en la espalda. “Si no estaba Santino creo que me mataban. El me calmó y ellos dejaron de pegarme”, detalló la joven víctima.

Buscaban una caja fuerte

Los intrusos se movieron como ladrones expertos. Santino precisó que “se comunicaban con un nextel con un tercer delincuente que estaba afuera, tenían una pistola automática calibre 45 y nunca perdieron la calma. Es más, uno abrió la heladera y se tomó una gaseosa, mientras revisaba la casa”.

Los malvivientes preguntaron insistentemente por la madre de Betsabé. Es que la mujer es empleada de una mutual que otorga préstamos y al parecer los cacos tenían el dato que en la vivienda habría una importante suma de dinero.

Luego de unos 20 minutos de suma tensión, los ladrones lograron un botín de más de 8.000 y cuatro celulares, pidieron las llaves de la puerta principal y por ahí salieron.

Betsabé se desató primero y ayudó a su pareja. Enseguida Santino se vistió y corrió hasta una remisería situada en 24 y 49 y pidió un teléfono para llamar al 911.

Los perros ni ladraron

Efectivos de la comisaría Cuarta se presentaron en el lugar y comenzaron con la investigación. Se supo que los delincuentes tenían cubiertos los rostros con pasamontañas y capuchas, pero no tenían guantes, por lo que seguramente dejaron huellas dactilares en la vivienda asaltada.

En el inmueble funciona una peluquería, atendida por Betsabé, y una sala donde Santino realiza tatuajes.

Los cacos dieron vuelta todos los cajones de placares y roperos. “Se metieron por un pasillo que da a unos departamentos y de ahí se subieron a los techos, para después romper una ventana y entrar al dormitorio”, precisó Betsabé.

Los dos perros de la pareja ni siquiera ladraron. “Ya están viejos para estas cosas…”, los excusó el damnificado.

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