Zannini en el centro de una nueva interna por la designación de diez camaristas

BOUDOU

Amado Boudou firmó ayer el decreto para nombrar los diez jueces del nuevo tribunal creado para atender delitos comunes. Lo hizo tras una dura presión de Zannini, quien los eligió a dedo para luego trasladarlos luego Casación penal Federal, donde se juzgan las causas políticas y ya controla a Alejandro Slokar. Tensión en Tribunales.
El decreto que firmó ayer Amado Boudou para nombrar diez jueces en la flamante Cámara Nacional de Casación en lo Criminal y Correccional disparó la interna del Gobierno y alteró los ánimos en Comodoro Py, donde interpretan que se trata de una jugada de Carlos Zannini para sumar influencia en la justicia.

Los pliegos habían sido aprobados en julio luego de años sin movimientos visibles. La cámara fue creada por ley en 2008, para descomprimir la Cámara de Casación Penal Federal, saturada por los juicios contra delitos de lesa humanidad.

Los nuevos magistrados son María Laura Garrigós de Rébori, Luis Mario García, Horacio Leonardo Días, Gustavo Alfredo Bruzzone, Luis Fernando Niño, Daniel Emilio Morín, Eugenio Carlos Sarrabayrouse, Héctor Mario Magariños, Carlos Alberto Mahiques y Pablo Jantus. La mayoría con un perfil ideológico muy cercano al kirchnerismo duro que expresa Zannini.

Garrigós, Bruzzone, Niño, Mahiques, Morín y Margariños, son miembros de Justicia Legítima, la agrupación controlada por Carlos Zannini, a la que también pertenece la procuradora Alejandra Gils Carbó.

Según pudo saber LPO, la idea de Zannini es que estos jueces luego pasen a la Cámara de Casación Penal Federal que juzga los delitos federales como los casos de corrupción. De hecho, ya mismo podrían asumir funciones en ese tribunal estratégico para el poder político, proque podrían pasar a subrogar los cargos vacantes en ese tribunal.

En este momento hay cuatro vacantes en Casación Federal fruto de las presiones que realizó el kirchnerismo para forzar las salidas de Juan Carlos Rodríguez Basavilbaso -que se jubiló- y las renuncias de Gustavo Mitchell, Raúl Madueño y Juan Edgardo Fégoli.

En ese estratégico tribunal, Zannini ya ubicó como cabeza de playa a Alejandro Slokar, ex secretario de Política Criminal y Asuntos Penitenciarios de Néstor Kirchner, ideólogo de Justicia Legítima y un histórico integrante de la cátedra de Derecho penal de Eugenio Zaffaroni, con quien escribió un manual sobre la materia.

La posibibilidad de subrogar a los camaristas de la Casación Federal, explica el apuro por el nombramiento de nuevos magistrados, ya que el tribunal para el que fueron designados todavía no tiene ni edificio ni presupuesto asignado. Es decir, no podrán ejercer la función para la que fueron nombrados.

Las repercusiones

En la Casa Rosada la jugada causó una fuerte conmoción interna, porque es visualizada como otro avance de hecho de Zannini en ausencia de Cristina Kirchner. Enmarcan la jugada en la construcción de espacios de poder propios del secretario legal y Técnico, como la jugada para otorgarle un lugar en el Gabinete al gobenador de Entre Ríos, Sergio Urribarri, para posicionarlo como candidato de su sector para las presidenciales del 2015.

Zannini junto a La Cámpora, Axel Kicillof y Guillermo Moreno -con Florencio Randazzo como aliado-, mantienen una dura interna por el rumbo del Gobierno con el sector «racional» que integran Amado Boudou, Juan Manuel Abal Medina, Julio de Vido y Hernán Lorenzino.

La designación de estos magistrados había quedado en un limbo por años por las tremendas resistencias que generó en la justicia federal, donde la agrupación Justicia Legítima es vista como poco más que un apéndice de Zannini y sectores afines.

Fue por eso que Cristina demoraba el decreto de designación y se suponía que lo iba a dejar aparcado hasta finalizar su mandato. La designación firmada por Boudou enardeció a los magistrados y sumó un nuevo motivo de fricción con el vicepresidente, que no tiene muchos amigos en el fuero federal.

Desde ayer los camaristas quedaron en plenas funciones y ahora sólo pueden dejar sus cargos con un juicio impulsado por el Consejo de la Magistratura, un trámite más que engorroso.

Fiel a su estilo, Zannini se quedó con los cargos pero logró que las broncas recaigan sobre Boudou. En la Justicia no se conformaron con sus excusas sobre las presiones de Zannini. «Es el vicepresidente y firmó las designaciones, ahora que se haga cargo», bramaban en el fuero federal.
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