José Luis Gioja «evoluciona bien» y pasó 24 horas sin respirador

 

 

El gobernador sanjuanino José Luis Gioja presentó una «evolución favorable» en su estado dado que pasó «24 horas sin respirador» artificial y «96 horas sin fiebre», aunque sigue internado con pronóstico reservado a casi un mes de la caída de su helicóptero.

 

Luis Amín, secretario de Información Publica provincial, reportó en el parte médico de hoy que el mandatario presentaba dentro de su cuadro una «evolución favorable».

 

En ese sentido, señaló que le fueron retirados los drenajes abdominales, lo que también es visto por los médicos como un signo de evolución favorable.

 

Gioja, quien está internado desde el 11 de octubre en terapia intensiva, se encontraba «estable hemodinámicamente, con tensión arterial y ritmo cardíaco normales, sin apoyo de drogas vasoactivas».

 

El mandatario permanecía monitoreado por «ecografía, sin complicaciones, con funcionamiento intestinal adecuado, función renal normal; con seguimiento por infectología».

 

Además, los médicos reportaron que ya recibía «soporte nutricional por vía enteral, líquidos y alimentos blandos, como puré o gelatina, por boca con buena tolerancia».

 

Terapia intermedia

 

Gioja continúa con asistencia respiratoria mecánica, pero en «proceso de destete progresivo favorable, con tiempos crecientes, de hasta 24 horas con ventilación espontánea».

 

Amin confirmó también, en declaraciones a la prensa, «que se está acondicionando un lugar en el mismo hospital» para que el Gobernador pueda recuperarse en una terapia intermedia, llegado el momento.

 

En tanto, Amín indicó que fue dado de alta el director de la Unidad de Gobernación, Héctor Pérez, quien desde el 23 de octubre permanecía en terapia intermedia en una clínica privada.

 

Pérez es un estrecho colaborador del mandatario sanjuanino, y pese a que era uno de los heridos más delicados, junto con Gioja, se moviliza por sus propios medios, seguirá haciendo rehabilitación kinesiológica y fonoaudiológica, por el uso del respirador artificial..

 

Fuente: LA NACION