Estos comicios serán determinantes en el escenario político de los últimos dos años de gobierno de Fernández, como también para la proyección de los posibles candidatos a la presidencia.
Argentina celebrará mañana elecciones legislativas de medio mandato signada por la preocupación popular por la inflación y la inseguridad, en el marco de cierta incertidumbre política por la salud de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y sondeos que pronostican un nuevo revés para el oficialismo.
En estos comicios se renovarán la mitad de la Cámara de Diputados y un tercio del Senado, 127 y 24 bancas, respectivamente, además de que se votarán legisladores provinciales y concejales municipales en algunos distritos en particular.
Si se reiteran los resultados de las primarias de agosto, el Frente para la Victoria (FpV, peronista) oficialista se mantendría como primera fuerza a nivel nacional, aunque sólo recibiría tres de cada diez votos.
Pero aun así el kirchnerismo podría mantener la mayoría junto con sus aliados en la Cámara baja, mientras que la situación sería más ajustada en el Senado. Esto se debe a que el oficialismo renovará las bancas que obtuvo en 2009, cuando registró una mala elección, por lo que no pondrá tanto en juego.
El kirchnerismo sufrió en las primarias del 11 de agosto derrotas en los principales distritos electorales del país, las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y Mendoza, además de la ciudad de Buenos Aires, como también en varias provincias de larga historia peronista. En algunos de estos distritos, como San Juan, podría sin embargo recuperar votos.
La coalición de centroizquierda que formaron, bajo distintas denominaciones, la Unión Cívica Radical (UCR), UNEN, el Frente Progresista Cívico y Social (FPCyS), el Frente Amplio Progresista, el socialismo y otras fuerzas aspira en tanto en transformarse en la principal opción al oficialismo y alcanzarlo en votos a nivel nacional, con miras a ser la alternativa en las presidenciales de 2015.
La campaña y las elecciones tienen lugar en tanto en una situación inédita por la ausencia de la presidenta, quien se encuentra en estricto reposo tras haber sido operada el 8 de octubre para extraerle un hematoma en el cráneo.
Ejerce la presidencia de forma transitoria su vice, Amado Boudou, cuestionado por tener varias investigaciones judiciales en contra por supuestos enriquecimiento ilícito y tráfico de influencias, aunque la toma de decisiones continuaría en manos del círculo íntimo de Fernández de Kirchner.
Estos comicios serán determinantes en el escenario político de los últimos dos años de gobierno de Fernández de Kirchner, como también para la proyección de los posibles candidatos a la presidencia tanto del peronismo como de la oposición, entre los que se destacan Sergio Massa, quien como candidato a diputado de su Frente Renovador opositor se impondría en la estratégica provincia de Buenos Aires, como también el radical y ex vicepresidente kirchnerista Julio Cobos y el socialista Hermes Binner.
La inflación, que según estimaciones privadas alcanzaría este año un 25 por ciento, la inseguridad y la corrupción son los principales temas que preocupan a la ciudadanía, aunque no se descarta que el oficialismo fortalezca su piso de votos, estimado en entre el 25 y el 30 por ciento, por la solidaridad popular con la presidenta por su enfermedad y mayor adhesión a determinados candidatos kirchneristas, según señalaron varias encuestas.
Fuente: www.latercera.com