ASÍ FUNCIONA LA «JUSTICIA» EN ARGENTINA

Cristian Marcelo Enciso
Hace dos años mató a un penitenciario y ya juega al fútbol 5 en el barrio.

La madre de la víctima lo descubrió en el predio de 32 y 135. El acusado del homicidio debía estar en su casa con prisión domiciliaria.

Ana María Jalil, de 54 años, sufrió hace dos años un golpe terrible: le mataron a su hijo de 30 años a puñaladas y golpes en el barrio San Carlos. El presunto asesino se entregó días después y fue detenido. Pero anteanoche la mujer se llevó una sorpresa desgarradora, salió a hacer unos mandados y a dos cuadras de su casa vio al acusado jugando al fútbol 5 con unos amigos en un complejo deportivo de La Cumbre, en 32 y 135.

La mujer, casi descompensada, llamó al servicio de emergencias 911 y en minutos llegaron policías de la subcomisaría La Unión. Los efectivos atraparon al sujeto, identificado como Marcelo Enciso, de 32 años, y fue alojado en la comisaría Sexta.

El hombre había sido beneficiado por la justicia con arresto domiciliario, pero de ninguna manera tenía permiso para realizar actividades recreativas fuera de su casa.

Jalil está desesperada. Su hijo, Daniel Ignacio Zamorano, un penitenciario de 30 años, encontró una horrible muerte el 7 de noviembre de 2011 cuando en la vereda de una peluquería de 32 entre 155 bis y 156 fue ultimado a golpes y cuchilladas. El ataque ocurrió luego de un conflicto vecinal en el que familiares suyos fueron increpados y amenazados por allegados al homicida.

«Mi hijo fue al lugar para retirar a sus hermanas y sobrinos, porque les querían pegar. Llegó en un auto acompañado de familiares y mientras las llamaba para retirarlas de ahí, el asesino lo atacó a golpes y puñaladas, sumándose enseguida al ataque dos carniceros y hasta algunas mujeres que estaban con quien le quitó la vida a Daniel», expresó la madre de la víctima.

“La justicia liberó al que asesino ‘carneando’ a mi hijo con otros dos carniceros. Lo dejaron en libertad con prisión domiciliaria y con salidas laborales. Él ahora nos amenaza, anda por la calle, es una injusticia y nadie nos atiende”, aseguró la mujer.

Ahora Enciso está nuevamente en su domicilio pero con custodia policial.

El juicio oral por el crimen comenzará en marzo próximo.

“No tuvo la menor piedad”

“El asesino primero estuvo detenido en la comisaría Octava, luego en la alcaidía Petinatto con distintas comodidades y luego directamente lo pasaron a su casa con su familia», se quejó Jalil.

«Se argumentó para darle este beneficio -a Cristian Marcelo Enciso- que debe mantener a su familia. Pero mi hijo también era mi sostén económico y este asesino no tuvo la menor piedad con él, ya que con sus conocimientos como trabajador de un frigorífico lo abrió a cuchilladas en varias partes del cuerpo», enfatizó.

Enciso es hijo de una exmujer del padre de Zamorano. Sobre Daniel, la madre no dudó en definirlo como «un muchacho excelente, muy trabajador y familiero». Y contó a modo de ejemplo que «con su sueldo se hizo la casita en la esquina de 32 y 131.

Le iban a dar la libertad y se fugó un rato antes

Dos hombres que estaban detenidos en una subcomisaría del partido bonaerense de Merlo se escaparon a través de una reja que protegía la celda en la que estaban alojados ellos solos, informaron ayer fuentes policiales.

El hecho ocurrió alrededor de las 17 del domingo, en la subcomisaría del barrio Matera, situada en Alem y Arredondo, donde se encontraban tres efectivos, el ayudante de guardia, el oficial de servicio y el jefe de turno.

Como el sector de calabozos estaba clausurado, solo había dos presos en una celda de alojamiento provisorio custodiada por una puerta de hierro ciega con candado.

De acuerdo a los voceros, entre la puerta y el techo hay unos 65 centímetros cubiertos por una reja y los investigadores creen que los dos detenidos, al ser bastante delgados, huyeron por entre los barrotes y luego accedieron al fondo de la dependencia desde donde finalmente ganaron la calle.

Uno de los evadidos estaba detenido por encubrimiento y acababa de ser trasladado desde los Tribunales de Morón, mientras que el otro estaba alojado allí por averiguación de ilícito e iba a ser excarcelado esa misma tarde.

Un túnel de 32 metros

Internos del Penal 2 de la ciudad rionegrina de General Roca intentaron escapar tras construir «el túnel más largo de la historia de la cárcel» pero no lograron su cometido porque la construcción fue detectada a tiempo por el personal penitenciario.

La «obra de ingeniería» fue descubierta anteayer en la celda 8 del pabellón 4 en momentos en que un auto efectuó disparos contra el personal de guardia que respondió a la agresión.

Luego de la maniobra de distracción, los penitenciarios detectaron movimientos extraños en el pabellón y cuando llegaron a la celda mencionada hallaron el salvoconducto, en la zona del baño.

El túnel estaba construido a dos metros de profundidad, atravesaba la celda nueve y salía hacia la parte externa, entre el murallón norte y la parte externa del gimnasio. El propósito era salir y saltar con ganchos el paredón, pero todo se frustró.
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