Se trata de un mercado con un constante crecimiento muy ligado a la marcha de la economía y de la aplicación de leyes.
El mercado asegurador argentino es uno de los más fuertes y consolidados de América Latina, en función de las cifras de aseguramiento registrados en los últimos años.
El sector concentra una producción anual de unos $ 50.000 millones, con cerca del 80 % de la facturación correspondiente al rubro patrimonial y, dentro de éste, con una alta incidencia de las coberturas de autos y de riesgos del trabajo. El resto corresponde a seguros a las personas.
De acuerdo con un trabajo del BDSAL (Boletín Diario del Seguro América Latina), basado en un informe de la agencia de calificación Moody`s, el mercado asegurador argentino se basan en una “estructura abierta y competitiva” con un alto grado de segmentación de productos. Además, se indica que la evolución de este segmento de la economía ha sido “sostenible a lo largo del tiempo” y “muy vinculado a la economía local”.
El analista de Moody´s y autor del informe, Nicolás Odella, señala que “el mercado asegurador argentino ha experimentado un crecimiento sostenido en los últimos años”.
Citando el informe de SWISS RE Sigma 3/2012 pone de manifiesto que “las primas brutas de toda la industria aumentaron 27% en el año fiscal 2012 en comparación con 2011”.
Y que “el crecimiento real es considerablemente más pequeño y muy probablemente se ubica en el rango porcentual de un dígito, excluyendo los efectos de la inflación”.
El informe establece como características del mercado de seguros argentino la “estructura abierta y competitiva que promueve la eficiencia operativa, su relativamente alto grado de segmentación de productos y desarrollo, así como también su sólida transparencia financiera”.
Se señala también que existe un alto riesgo crediticio en el país “que establece el punto de referencia para la calidad de los activos de las aseguradoras”.
La agencia señala que en el segmento de seguros patrimoniales está vinculada a la marcha de la economía general, mientras que el desarrollo de los seguros de vida y rentas vitalicias se ven limitados por la alta inflación, la falta de confianza en las instituciones locales y la falta de cultura de aseguramiento.
Finaliza la agencia señalando que el nuevo marco legal aprobado por el Congreso será un aspecto crediticio positivo para las aseguradoras de riesgos del trabajo, dado que han experimentado un entorno cada vez más litigioso».
Fuente: La Razón