El Gobierno nacional continuará en los próximos días con su estrategia de salir a fortalecer las reservas internacionales de la Argentina, luego de que las arcas del Banco Central mostraran su nivel más bajo desde 2007.
Uno de los pilares de la estrategia fue la suscripción del Bono Argentino de Ahorro para el Desarrollo Económico (BAADE) por parte de distintos sectores del empresariado.
Luego de que la compañía Bridas anunció la adquisición por 500 millones de dólares, en las últimas horas las empresas electrónicas de Tierra del Fuego confirmaron que evalúan la posibilidad de adquirir títulos por 200 millones.
Así lo comunicó el titular de la Asociación de Fábricas Argentinas de Terminales de Electrónica (Afarte), Alejandro Mayoral, luego de un encuentro de empresarios del sector con la ministra de Industria, Débora Giorgi, y los secretarios de Comercio Interior, Guillermo Moreno, y de Política Económica, Axel Kicillof.
En los últimos días había trascendido que las principales compañías cerealeras evanzarían con la misma estrategia, aunque aún continúan las tratativas con el Gobierno.
De igual modo, desde la gestión de la presidenta Cristina Kirchner apuestan a una suscripción por parte de bancos, mineras, telefónicas y automotrices.
Esta semana, el Banco Central dio otro paso para fortalecer esa estrategia, al habilitar la compra de bonos a partir de financiamiento del exterior, aunque con límites para que la normativa no se convierta en un medio para que los privados obtengan un tipo de cambio más alto.
Si luego de suscribirse deciden que no quieren mantener los BAADE en su cartera de inversiones hasta el vencimiento, en 2016, podrán liquidarlos pero solamente a cambio de dólares.
Además, se indicó que todas las rentas en moneda norteamericana que genere el bono, tanto por una venta anticipada como por los intereses, deberán reingresarse en el mercado oficial de cambios dentro de los 10 días hábiles siguientes de la fecha de su percepción.
Los fondos provenientes de los BAADE irán a apuntalar la inversión energética en el yacimiento de Vaca Muerta, aunque en los hechos se busca quitar presión sobre las reservas.
En esa misma línea, el Gobierno avanzó con un acuerdo con el Banco Mundial que incluye préstamos por orden de los 3 mil millones de dólares.
El acuerdo suscripto con empresas que tenían juicios ante el CIADI -que se paga con bonos con fechas 2015 y 2017- avanza también en esa línea de «normalización» financiera, que incluye el reconocimiento del FMI de que se registraron «avances» concretos en la configuración de un nuevo índice de precios nacional.
Ese movimiento hizo subir los títulos de la deuda pública argentina, lo que impacta en un descenso del «riesgo país», la sobretasa que se le cobraría a la Argentina para endeudarse en el exterior.
Diversos analistas evalúan también que esas jugadas de la Argentina evitarían vetos a pedidos de créditos ante otro organismo internacional, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Desde el oficialismo, admiten también que podría avanzarse en un acuerdo por la deuda con el Club de París, una medida que ya había sido anunciada por la presidenta Kirchner al inicio de su primera gestión, pero que luego se trabó, por el estallido de la crisis financiera internacional en 2008.
La semana pasada, el diputado kirchnerista Carlos Heller señaló en declaraciones radiales que «en algún momento va a haber que acordar con el Club de París porque los acreedores son Estados».
En las últimas horas, la agencia internacional Reuters, de gran influencia en los mercados internacionales, destacó que de continuar en una situación de inercia, la Argentina se acercaría a una «crisis monetaria» por caída de sus reservas internacionales.
Mdzol.com