El tormento de Vanesa Rial, la joven que denunció que fue secuestrada y abusada por Jorge Martínez Poch

PochTuvieron que internarla en un neuropsiquiátrico por las secuelas del cautiverio; «Después de lo que le hizo ese hombre, mi hija se convirtió en una persona triste y aterrada», contó el padre de la víctima

«No doy más». Esas fueron las palabras de Eduardo Rial, padre de Vanesa Rial, una abogada de 38 años que denunció que fue secuestrada, torturada y abusada por Jorge Martínez Poch en la ciudad de La Plata. Ayer, Vanesa debió ser internada en un neuropsiquiátrico por las secuelas del cautiverio.

«Está tremendamente mal, recuerda todas las cosas que le hizo este hombre. Suena el timbre y piensa que es él que la viene a buscar», contó Eduardo a LA NACIÓN. «Hay momentos en que siente que él le habla al oído. Está aterrorizada, no puede ni dormir», relató el padre de Vanesa.

Está tremendamente mal, recuerda todas las cosas que le hizo este hombre
Ante esta situación, la mujer fue sometida a un examen psiquiátrico y decidieron internarla para garantizar su salud y someterla a un tratamiento de recuperación.

«Ella era una chica feliz, contenta, todo el día bailando, sin ningún tipo de problemas. Ahora es otra persona, deprimida y muerta de miedo», se lamentó Eduardo.

Vanesa contó que, además de violarla, el hombre la golpeaba, la seguía al baño y la obligaba a orinar frente a él.

CAUTIVERIO Y RESCATE

Vanesa fue rescatada a fines de septiembre de un departamento de La Plata, donde Martínez Poch la mantenía cautiva desde hacía varios días. La víctima relató luego que durante todo ese tiempo el hombre la drogó, la golpeó y abusó sexualmente de ella.

«Yo espero que ese hombre quede preso, así no hay más Vanesas, más mujeres torturadas»
Fue Eduardo quien dio el alerta y realizó la investigación para encontrar a su hija. «Me di cuenta de que algo pasaba cuando empecé a recibir mensajes de su celular que era evidente que no eran escritos por ella. Entonces empecé a buscarla por todos lados. No podía confiar en nadie, así que la busqué yo solo», relató.

El último SMS que recibió decía: «Estoy feliz en Navarro». Esas palabras no tenían sentido para Eduardo, por lo que decidió mover cielo y tierra hasta encontrarla. Y lo logró. Cuando supo donde estaba, se presentó ante el fiscal platense Marcelo Romero. Lograron rescatarla el 24 de septiembre.

Dos días después, se presentaron ante Romero dos hijas de Martínez Poch y denunciaron que, años atrás, también fueron abusadas por él .

El hombre, un disc jockey de 49 años, fue detenido y se negó a declarar . Se lo acusa del delito de privación ilegal de la libertad doblemente agravada, en concurso real con corrupción de menores agravada, abuso sexual gravemente ultrajante y abuso sexual con acceso carnal calificado.

Esta semana estaba previsto que se lo sometiera a pruebas psiquiátricas, pero fueron suspendidas. Su defensor indicó que Martínez Poch no estaba «en condiciones anímicas» para afrontar los estudios.

AMENAZAS

En medio del difícil proceso de recuperación de su hija, Eduardo también tiene que soportar amenazas. «Dejate de joder con las acusaciones contra Martínez Poch», le dicen por teléfono en llamados anónimos. Por ese motivo, Eduardo contó que tuvo que cambiar el numero de celular y que tiene un patrullero en la puerta de su casa. «Vivo solo. La tenía a mi hija acá después de todo lo que le pasó, porque no puede estar sola, pero al menos ahora ella está al cuidado de los profesionales», explicó.

«Yo espero que ese hombre quede preso, así no hay más Vanesas, más mujeres torturadas», reclamó Eduardo Rial. «Mi hija está muy mal, sólo deseo que se termine este martirio»..

Fuente: La Nación