Si se habla de nombres convertidos en institución, el de Ada Cóncaro fue sin dudas uno de ellos.La creadora y cocinera más acérrima de lo que se dio en llamar la cocina porteña, a la que aportó sus inigualables «toques de autor», desde su restaurante Tomo 1, desde 1994 emplazado en el hotel Panamericano, falleció ayer.
Con su expertise culinario, Cóncaro logró ubicar a la Argentina dentro de las capitales del gusto mundial.
Maestra de maestros, fue una persistente y exquisita educadora de sibaritas tantos locales como internacionales.
De familia italiana, Cóncaro nació en Buenos Aires en los años 30.
Compartió con los suyos el amor por la cocina y la felicidad de tener siempre una excusa para sentarse y disfrutar de una buena mesa.
Con 30 años se fue a vivir a la Patagonia para dar clases de matemáticas.
Diez años más tarde, en 1971, volvió a la Capital y, junto con su hermana Ebe, abrieron el primer Tomo I en Belgrano, que años más tarde se mudó a la zona del Jardín Botánico.
Desde hace dos años, su hijo Federico Fialayre es quien preside la cocina de Tomo 1 y quien continúa el legado que su madre dejó al modernizar y llevar la alta cocina de nuestro país hasta los lugares más reconocidos de la gastronomía mundial.
Un año después de haber festejado sus 40 años con la cocina, su público gourmand la despide con un minuto de silencio.
Fuente: La Nación