Mónaco peleó, pero perdió el primer set ante Stepanek

monacoPRAGA.- El puente Carlos. La plaza Wenceslao. Los callejones de la Ciudad Vieja. El Reloj Astronómico. Vaya si hay atracciones en los coloridos paisajes. Deslumbra Praga con sus encantos, con su belleza centenaria que acaricia los sentidos. Una capital que albergará un reto enorme para el equipo argentino de la Copa Davis , como sólo puede serlo una semifinal frente al actual campeón, en su propia casa y con todo su poderío.

La Argentina, como para dificultar aún más el panorama, no tiene a Juan Martín del Potro -renunció a jugar por toda la temporada- ni a David Nalbandian, que no se recuperó a tiempo de la doble operación de cadera y de hombro. Con ese handicap, el equipo nacional irá en busca de un triunfo epopéyico, dadas las dificultades y limitaciones.

Los grandes equipos ganaron la Davis por la unión que tenían. Hay que dejar los egos de lado; cuando estás acá, competís por el grupo y por tu país (Juan Mónaco)
Pero la esperanza está. Ese marcado favoritismo checo se contrapone con una certeza histórica: la Copa Davis siempre ofrece lugar para las sorpresas. No se trata de un menoscabo hacia el conjunto dirigido por Martín Jaite, sino de la lógica del ranking y los rendimientos, aunque, se sabe, en la Ensaladera, esas distancias quedan relegadas en función de lo especial que es representar al país. Lo saben también los checos, que el año pasado se dieron el gran gusto de alzar la Copa, ese trofeo que durante estos días exhibieron con fruición en el patio de compras aledaño al O2 Arena.

La checa es una formación ambiciosa, con ganas de repetir el sabroso plato que probaron en 2012, que genera más que respeto a partir de la jerarquía y potencia de Tomas Berdych, el número 5 del mundo, y la experiencia y capacidad de Radek Stepanek; el impredecible Lukas Rosol y el joven zurdo Jiri Vesely completan el cuarteto de Jaroslav Navratil, que además dispuso un terreno (acrílico sobre planchas de madera) bastante rápido y con un pique bajo, para lo cual el conjunto argentino buscó adaptarse con muchas horas de entrenamiento.

Desde el primer momento, Jaite y el subcapitán Mariano Zabaleta le confiaron el primer single a Mónaco, a despecho de cierta inestabilidad en los resultados y las actuaciones del tandilense. Pico abrirá la serie desde las 10 de Buenos Aires -las 15 aquí-, frente a Stepanek, aunque, con esas movidas ajedrecísticas que permite el reglamento, no debería extrañar que Rosol -con más horas de práctica en singles que el campeón de dobles del US Open- ingrese a último momento; el de Mónaco es, sin dudas, un punto crucial para el objetivo argentino de cerrar el viernes con un 1-1 que estire la batalla hasta el domingo.

Bastante más difícil lo tendrá, en el segundo duelo de la jornada, Leonardo Mayer contra Berdych. El Yacaré es, para el capitán argentino, el jugador que más condiciones tiene en esta superficie para enfrentar al top 5, a partir de la fuerza de su saque y la potencia de sus impactos, aunque necesitará mucha consistencia para soportar los planazos de Berdych y no acumular errores en un juego que demandará riesgos y decisiones rápidas. En todo caso, está claro que Mayer tiene mucho por ganar y nada que perder, y si hay presión, debería estar sobre los hombros del checo.

El clima interno colaboró, con un ambiente distendido en la semana previa. «Hay que divertirse, no hay por qué no llevarse bien con todos y tirar para un mismo lado. Los grandes equipos ganaron la Davis por la unión que tenían. Hay que dejar los egos de lado; cuando estás acá, competís por el grupo y por tu país, y no hay nada más lindo que jugar en equipo», dijo Mónaco, en un mensaje insoslayable..

Fuente: Cancha Llena