Orgasmos: ahora son remedios / Sexo con Esther

Puede servir como relajante, antidepresivo y cura para el insomnio.

El orgasmo femenino reporta más beneficios que las tan cacareadas superpastillas, que prometen de todo. Es más: ya lo recomiendan en dosis frecuentes como alternativa para tratar la ansiedad, la depresión y las adicciones.

Científicos hechos y derechos han confirmado que este clímax tan placentero estimula las áreas principales del cerebro; también, que lo inunda de sangre y oxígeno, los nutrientes más importantes de las neuronas, con lo que se compensan desequilibrios que se traducen en enfermedades y achaques de toda clase.

Si no me creen a mí, oigan al investigador estadounidense Barry Komisaruk, quien, tras dedicar 30 años al estudio del goce sexual femenino, descubrió que durante un polvo, con volteada de ojo y contracción extrema, se activa el núcleo accumbens, una zona del cerebro que también cae rendida con la nicotina, la cocaína y el chocolate, por ser justo la residencia del placer.

Desde allí se dispara el goce a diestra y siniestra, de tal forma que hasta las neuronas más recatadas se unen a la fiesta y se olvidan de que sufren, produciéndole a la feliz orgásmica una sensación de bienestar y esa sonrisita de mujer bien atendida.

Lo mejor es que si esto se repite con frecuencia, el cerebro, por sí solo, prefiere quedarse con lo rico, desplaza lo malo y cada vez responde con más facilidad a los estímulos que le llegan del departamento inferior del cuerpo. Con el tiempo, el orgasmo se convierte en un buen calmante y relajante muscular, en el mejor antidepresivo, en un ansiolítico sin par y en la mejor cura del insomnio. Con un plus: no tiene efectos secundarios.

Aclaro: aunque se ha demostrado que las mujeres son capaces de fingir orgasmos tan bien que engañan a cualquier hombre, el cerebro no es tan tonto.

El efecto remedio solo se alcanza con orgasmos genuinos, y punto. Por lo tanto, señoras, a propiciarse orgasmos, y recuerden que si el caso es urgente, y la terapia escasa, estos están al alcance de la mano. Es por salud. Hasta luego.

ESTHER BALAC Para EL TIEMPO

 

Fuente: http://www.eltiempo.com/