Alejandro Marambio, regresado director del Servicio Penitenciario, es un hombre de Aníbal Fernández y ocupó ese puesto durante la presidencia de Kirchner, hasta que se vio envuelto en denuncias de organismos de Derechos Humanos. Aseguran que la fuga fue un complot de los penitenciarios para generar la renuncia de Hortel.
Tras la fuga de 13 prisioneros de la cárcel de Ezieza y la renuncia del director del Servicio Penitenciario Federal, Víctor Hortel, el ministro de Justicia, Julio Alak designó un reemplazante que promete desatar un escándalo político: Alejandro Marambio.
Si bien Marambio fue presentado como un experto consultor en materia carcelaria en Argentina y España, hay un detalle que parece haberle pasado por alto al ministro: Marambio ya tuvo un escandaloso paso por ese mismo cargo y fue el propio Alak quien lo echó por la avalancha de denuncias que acumuló durante su gestión.
Apadrinado por Aníbal Fernández durante su gestión a cargo del Ministerio de Justicia, Marambio fue designado al frente del Servicio Penitenciario Federal en 2007 durante la presidencia de Néstor Kirchner.
A partir de ese año, se acumularon las denuncias por desmanejos e irregularidades en el sistema penitenciario.
Marambio enfrentó a los organismos de derechos humanos (incluso a los alineados con el kirchnerismo) al negarles ingresar a las cárceles y darle protección y trato especial a ex represores en los penales.
También, según denuncian fuentes de esos organismo, incentivó la violencia en las cárceles al mezclar presos violentos con internos de buena conducta. El “experimento” terminó con un prisionero muerto y varios heridos de arma blanca. Además, designó al cuestionado Hugo Sbardella al frente de la estratégica cárcel de Villa Devoto, quien había sido acusado de permitir que dejaran ciego a golpes a un interno en el año 1998.
Sin embargo, el conflicto más importante que generó –y eventualmente terminó con su salida del SPF- fue con el sistema de educación penitenciario UBA XXII.
“Marambio, cerró el centro universitario y comenzó a prohibir que presos dóciles estudiaran. Sacó a los estudiantes que no coincidían con él, a los que presentaban hábeas corpus y ponía gente que no quería estudiar para controlar los centros de estudiantes”, relató Leandro Halperín, ex titular de UBA XXII durante la gestión de Marambio.
Según Halperín, Víctor Hortel, el director del SPF que renunció hoy, era “un kircherista convencido típico, no dialogaba pero era honesto”. Afirmó que Hortel “se encargó de muchos nichos de corrupción que dejó Marambio” en el sistema, por lo que es casi seguro que se trate de una conspiración para provocar su caída: “El Servicio Penitenciario Federal es un sistema muy militarizado aún y si te enfrentás, seguro te lo va a cobrar”, aseguró Halperín.
Finalmente, con la llegada de Alak al Ministerio de Justicia, Marambio dejó su cargo y fue reemplazado por Hortel, a quien encargó la normalización del sistema universitario. Sin embargo, su accionar frente a los nichos de corrupción que venían de la gestión de Marambio lo condenó a su caída.
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