En Moscú finalizó 7° en bala y se convirtió en el argentino mejor ubicado en la historia de los mundiales; tiene 29 años y su carrera se proyecta hasta 2017
La emoción todavía invadía el terreno de la razón, porque aún no lograba dimensionar el hito histórico en su totalidad, con sus números y su valoración en el tiempo. Germán Lauro esbozaba una sonrisa, sí, pero no exhibía una felicidad plena; más bien se debatía en una sensación ambigua, entre la satisfacción y la amargura. Sus sentimientos no se ponían muy de acuerdo.
El paso de los meses -o estos próximos días, quizá- lo pondrán en caja para que se sienta enteramente orgulloso de su incursión por Moscú: con su 7° puesto en la final de lanzamiento de bala, se transformó en el mejor atleta argentino en los mundiales de atletismo. El hombre de Trenque Lauquen superó en ese rubro a Antonio Silio, que en la prueba de 10.000 metros del Mundial de Stuttgart ’93 había terminado 8°. Después de 20 años cayó ese bastión y ahora Lauro se dispone a mejorar sus propios pergaminos.
Evidentemente, el Coloso es un inconformista: «Estoy supercontento, porque pasé casi de no competir por la lesión a formar parte de una final. Pero a la vez me siento un poco amargado porque hubiese querido estar mejor físicamente. Uno se malacostumbra: después del 6° lugar en Londres 2012, deseaba un poco más. Me hubiese gustado estar compitiendo en otras condiciones, aunque el 7° puesto es increíble», señaló a TyC Sports con una sonrisa a medio terminar.
Para reforzar sus méritos, Lauro se transformó en el primer argentino en la historia en alcanzar las finales en campeonatos mundiales al aire libre y bajo techo, y en los Juegos Olímpicos. Y todo en el término de dos temporadas. Una realidad idílica para este fanático de Independiente, en un contexto de aspiraciones siempre moderadas para el atletismo nacional.
Hoy resulta difícil encontrar otro atleta criollo de cualquier especialidad que logre igualar su presencia en finales en torneos de elite; ¿será Braian Toledo en jabalina en un futuro? Por ahora, la proyección del chico de Marcos Paz es sólo una especulación; en cambio, Lauro encarna una gratificante realidad a los 29 años.
Ese dolor lumbar que volvió a sentir desde hace una semana en un entrenamiento en León, España, le quitó a Lauro la posibilidad de llegar más lejos en la final de ayer. En su hipótesis de máxima, antes de que recrudeciera la lesión, se había planteado superar los 21,26m conseguidos en mayo pasado, en la Diamond League en Doha. El objetivo cabía dentro de la lógica, tal como venían los preparativos antes de los achaques en su espalda.
Aun con el reflejo de esa limitación física pudo superar la primera eliminatoria, gracias a un segundo intento de 20,26m. Entonces, de doce competidores quedaron sólo ocho, con la chance de lanzar el instrumento otras tres veces. Y allí, el argentino mejoró la marca a 20,40m en su cuarta ejecución, que igualmente lo dejó lejos de los más encumbrados. El ganador fue David Storl (Alemania), con 21,73m, y el podio se completó con Ryan Whiting (Estados Unidos, 21,57m) y Dylan Armstrong (Canadá, 21,34m).
De haber igualado su mejor registro histórico (21,26m), que también es el récord sudamericano, el atleta de Trenque Lauquen habría finalizado 4° en Moscú. «Respecto de llegar a los 21 metros, era consciente de que había perdido mucho tiempo de trabajo. Haber estado una semana parado por la lesión fue mortal a esta altura del año. Pero en estos últimos cuatro días pudimos recuperar mucho.»
Reconoció que no sabía cuál era el mejor atleta argentino en mundiales antes de su proeza. Su mente desatendía apellidos y estadísticas del pasado. Cuando se enteró de que era Silio, comentó: «Es un gran atleta; él ya corría antes de que yo empezara a entrenarme. Fue uno de los que mejor nos representaron a nivel internacional. Y ahora, que yo esté en este nivel, junto con Rocío (Comba) en disco, demuestra que el atletismo está creciendo muchísimo. Ojalá que en el próximo Mundial podamos meter tres finalistas».
Lauro cree que aún tiene por delante una larga vida deportiva, que podría extenderse más allá de los Juegos Olímpicos de Río 2016. Se imagina en los mundiales al aire libre de Pekín 2015 y de Londres 2017; su metodología de trabajo con el entrenador Carlos Llera permanecerá inalterable. Por lo pronto, participará en una fecha de la Diamond League en Bruselas, el 6 de septiembre, e incluso podría aparecer un poco antes, el 29 de este mes en Zurich. «Hay que aprovecharlas y disfrutarlas; ojalá siga mejorando y peleando bien arriba», se ilusionó.
En el balance, a la Argentina se le dibujó una gran sonrisa, porque por primera vez desde que nuestros atletas participan en los mundiales -Helsinki ’83-, dos de ellos llegaron a la final. Lauro y Comba reescribieron los libros.
Fuente: La Nación