El interno 508 de la 91 se prepara para salir. Desde las dársenas de Retiro el chofer encara un nuevo desafío: la línea es desde ayer la primera en utilizar dos ramales distintos del Metrobus. “¿Cambia el recorrido?”, pregunta un pasajero. “No, hago Metrobus 9 de Julio, sigo hasta Pompeya y ahí entro al nuevo del Sur. Vamos a ver cómo sale”, explica el colectivero.
Así, entre dudas y sorpresas, el motor se pone en marcha y a las 16.19 el interno 508 comienza su viaje. El boleto sale igual. Con $ 1.70 se puede ir desde Retiro hasta Puente La Noria. “Esa es la Casa Rosada. Ahí está la Catedral, donde daba misa el Papa, y allá el Cabildo”. Una madre oficia de guía turística para su hija, mientras el colectivo avanza por Leandro N. Alem y encara hacia Rivadavia.
Pasadas las cuatro y media, ingresa a los carriles de la 9 de Julio. Minutos más tarde llega a Constitución. Allí bajan algunos y suben muchos más con destino hacia el sur de la Ciudad.
“Espero que se agilice el tránsito y se haga más corto el viaje desde Retiro hasta Lugano. Cuando entra a Pompeya tarda mucho. Con la parte de 9 de Julio ya me ahorro bastante”, cuenta Pedro Andrioli, apretado entre los pasajeros.
En el 91 también viaja Nelly Moreno, frecuente pasajera de esa línea. “Vamos a tener que acostumbrarnos a las nuevas paradas. Hay que cuidarse para cruzar por Roca. Me parece que quedó medio peligroso para los que estamos algo grandes. Pero es cuestión de agarrarle la mano”, observa.
Las cinco de la tarde y el colectivo de la línea 91 llega a Pompeya. A segundos de ingresar al flamante carril del Metrobus Sur, el viaje se desordena. Dentro del colectivo ya no cabe más nadie. Afuera, la gente hace fuerza para subir.
Cerca de la estación Estadio Parque Roca, Mónica Laborde intenta ponerle humor al viaje: “Vamos pegados unos con otros, así que hay que quererse más acá”.
Cinco y media. La General Paz asoma en el horizonte y el interno 508 llega al fin de su misión: conectar Constitución con General Paz y Roca. Por carriles exclusivos y en algo menos de tiempo.
Fuente: Clarín