Tras 20 días de conflicto, hoy funcionarán las paradas Echeverría y Rosas. Así, se extenderá el recorrido 1,6 kilómetro y los usuarios podrán llegar a Villa Urquiza. Un gremio se negaba a manejar los trenes.
Los usuarios de la línea B de subte podrán llegar hasta el barrio de Villa Urquiza a partir de hoy, cuando las dos nuevas estaciones (Echeverría y Juan Manuel de Rosas) sean reabiertas tras 20 días de conflicto. Los metrodelegados se negaban a manejar los trenes hasta esas paradas porque denunciaban problemas edilicios y no estaban de acuerdo con el nuevo cronograma laboral que les querían imponer desde Metrovías.
Pero la disputa quedó atrás -al menos por 15 días, lapso del acuerdo firmado entre las partes-, y entonces la línea B estará en condiciones de sumar a su recorrido a unos 50 mil pasajeros. Además, se podrá hacer conexión con la estación Urquiza de trenes de la línea Mitre, ramal José León Suárez. Con esta extensión de 1,6 kilómetro ahora las cabeceras de la traza pasarán a ser Rosas y Alem.
Los metrodelegados finalmente arreglaron con Metrovías y SBASE su nuevo cronograma. Desde un principio, dijeron desde la Ciudad, los maquinistas no estaban dispuestos a tener que trabajar más tiempo. Ahora se arregló que harán cuatro vueltas y media, es decir media menos que lo que pretendía la empresa, por lo que estarán en las cabinas casi cinco horas. Harán cuatro vueltas completas, entre Alem y Rosas, más una vuelta entre Lacroze-Rosas-Lacroze. En los andenes de Lacroze se realizarán los relevos de los conductores. Estos días, entonces, serán una prueba para ver si se producen o no demoras por los cambios. Metrovías, en tanto, se comprometió a solucionar un problema en el sistema de comunicaciones.
El conflicto había comenzado el 26 de julio pasado, con las inauguraciones dispuestas por el Gobierno porteño. Los gremialistas decían que las estaciones no estaban en condiciones de ser habilitadas por filtraciones y faltas de medidas de seguridad. Funcionaron solo tres días con personal jerárquico. Luego, estuvieron cerradas.
Fuente: LA Razón