Lima— La operación militar “Lobo” logró la madrugada de ayer que el Estado peruano alcanzara uno de los objetivos que persigue desde hace más de dos décadas: dar un golpe certero a Sendero Luminoso, la agrupación terrorista que ha causado más de 51 mil muertes en las zonas más pobres del país desde su fundación en 1980.
El mandatario Ollanta Humala explicó en rueda de prensa que un Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas realizó un ataque militar en la selva peruana, donde cayeron abatidos tres presuntos senderistas, entre los que presuntamente se encuentran los dos jefes militares de la agrupación terrorista, Alejandro Borda y Víctor Quispe conocidos bajo los alias de “Camaradas Alipio y Gabriel” respectivamente.
“Es un golpe serio e irreversible en la estructura de los remanentes terroristas. De confirmarse con exámenes de ADN creemos que este es un golpe tremendo y habríamos descabezado la estructura de Sendero”, dijo Humala.
El asalto militar fue producto de una investigación policial que comenzó con algunas denuncias de los propios pobladores de la zona del Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem), quienes sostuvieron que el “Camarada Alipio” se dedicaba a negociar con los principales carteles del narcotráfico, a violentar a los campesinos y torturar a sus enemigos, según el Ministerio de Defensa.
La operación comenzó a las 10 de la noche del domingo y terminó entrada la madrugada de ayer, cuando los militares en presencia de fiscales del Ministerio Público trasladaron en helicópteros a los cadáveres hasta la ciudad de Ayacucho.
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