Cuatro ladrones subieron a la unidad y despojaron de dinero, celulares y mochilas a 25 pasajeros y golpearon al chofer.
Los choferes de la línea de colectivos 295, que une las ciudades bonaerenses de Lanús y Avellaneda, pararon ayer en reclamo de “mayor seguridad”, tras un nuevo asalto violento sufrido por uno de sus compañeros.
Los voceros dijeron que, en lo que va del año los conductores de esa línea ya padecieron “unos 40 robos”, y precisaron que el hecho que derivó en el paro ocurrió a las 6.00 de ayer en el cruce de Bustamante y Suipacha, Lanús, cuando “cuatro hombres armados con escopetas Itaka y ametralladoras” interceptaron a una unidad de la empresa Micro Omnibus O’Higgins.
Los asaltantes “golpearon” al chofer, Gastón Perret, de 37 años, y luego le robaron sus pertenencias, al igual que a unos 25 pasajeros, y huyeron, según contó el delegado de los trabajadores, Marcelo Rosales. El gremialista dijo que el conductor sufrió “politraumatismos” y que fue atendido en un establecimiento sanitario, donde se recuperaba.
“Esto ya no va más: no tenemos la seguridad necesaria para trabajar. Hasta que no nos la brinden, no retomaremos nuestras tareas”, sostuvo Rosales.
De acuerdo con el relato del chofer, tres de los ladrones se acomodaron entre los pasajeros y uno, de “no más de 20 años”, fue el que le pidió que bajara la velocidad. “Estaba fuera de sí y tenía una ametralladora. Una pasajera me contó después que los otros ladrones también tenían otra arma larga, una escopeta y una pistola grande. Subieron al colectivo con las armas escondidas debajo de los camperones”, relató Perret con cuatro años como empleado de la 295.
Los delincuentes, según el colectivero, “estaban fuera de sí, sacados”. Y empezaron a gritarles a los pasajeros que les dieran todas sus pertenencias. De esa forma armaron el botín con relojes, teléfonos celulares, billeteras, mochilas y carteras. Algunos pasajeros pudieron esconder sus cosas debajo de los asientos.
Cuando se bajaron los ladrones entraron corriendo en los pasillos de la villa Sapito.
El asalto hizo estallar de indignación a los empleados de la 295, que improvisaron una huelga en reclamo de más seguridad. Recién a las 14, ocho horas después del robo y tras reunirse con el titular de la comisaría 2a. de Lanús, que les prometió mayor vigilancia, los trabajadores levantaron la medida de fuerza.
Fuente: LA Razón