La Familia Real Belga, una dinastía perseguida por los escándalos

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El reinado de Alberto II está marcado por infidelidades, desvíos de fondos y polémicos viajes de varios miembros de la Casa Real.

El próximo 9 de agosto de 2013 el Rey Alberto II de los Belgas hubiese celebrado su vigésimo aniversario en el trono. Su último año como Rey de los Belgas ha sido especialmente controvertido. A la polémica fundación de la Reina Fabiola se unía su supuesta paternidad.

Alberto II había reconocido su relación extramatrimonial con la baronesa Sybille de Selys Longchamps, sin embargo, nunca admitió haber tenido una hija ilegítima. Su relación con la baronesa se inició en 1967 cuando aún era Príncipe de Lieja y duró diez años. Délphine nació en 1968, pero no fue hasta su mayoría de edad cuando supo que el Rey era su padre.

Ahora es Délphine quien reclama ser reconocida como hija del Rey de los Belgas en los tribunales. Ante la imposibilidad de que sea citado en las Cortes por su condición de Jefe de Estado, Délphine solicitó que fuesen los Príncipes Felipe y Astrid quienes se sometiesen a la prueba de paternidad. El próximo 3 de septiembre, los representantes legales de ambas partes se reunirán para fijar el calendario del caso.

La fundación de la discordia
La Reina Fabiola creó a finales de 2012 una fundación con la que ayudar a los miembros de la Familia Real y preservar la memoria de su marido, el Rey Balduino. «Fons Pereos» fue disuelta ante las críticas recibidas que aseguraban que la Reina pretendía desviar a dicha fundación su dotación anual para eludir al fisco. Además, la fundación sería heredada por sus sobrinos al no tener descendencia y, en consecuencia, los Príncipes Felipe y Astrid evitarían también el pago de impuestos que grava los legados indirectos.

Además de su dotación anual, la prensa de su país le acusaba de haber cedido la residencia donde falleció el Rey Balduino I a dicha fundación con el mismo objetivo. Sin embargo, el registro de la propiedad número 1 de Motril (Granada), donde se encuentra el inmueble, indica que la Reina Fabiola mantiene el derecho de usufructo.

Un príncipe rebelde
No obstante, el miembro de la Familia Real belga que ha protagonizado varios escándalos es el hijo pequeño de Alberto II, el Príncipe Laurent. Estuvo envuelto en un caso de desvío de fondos procedentes de la Marina mediante la emisión de facturas falsas con las que habría recibido, al menos, 175.000 euros.

El Príncipe Laurent confesó haber recibido dinero a través de su consejero personal, el coronel Noël Vaessen, para decorar y mantener su casa; sin embargo, aseguró desconocer el origen fraudulento de esos fondos.

Pero no fue la única vez que su nombre copó titulares donde se cuestionaba su actitud.En 2011, el hijo menor del Monarca realizó una visita extraoficial a la República Democrática del Congosin avisar previamente al Rey Alberto II. El gobierno belga le había pedido que no realizase dicho viaje ante la proximidad de las elecciones presidenciales en el país africano. Precisamente en ese momento las relaciones entre ambos países eran tensas al considerar Bruselas que aún tenía «derecho moral» para denunciar las violaciones de derechos humanos en el Congo.

El desafortunado viaje, además, fue financiado por el entorno del presidente congoleño Joseph Kabila que pagó su estancia en el Grand Hotel de Kinshasa y, al parecer, también el viaje en avión en clase ejecutiva.

Libia fue otro de los destinos poco acertados del príncipe Laurent. Varias fueron las ocasiones que viajó entre 2008 y 2010 a Libia donde se reunió con los hijos de Muamar al Gadafi. Estos viajes formaban parte de la agenda que mantiene con motivo de su fundación «La Grect» y que tiene como objetivo el apoyo a proyectos relacionados con el desarrollo sostenible.

El Príncipe Heredero, cuestionado
La gota que colmó el vaso fue la publicación del libro «Cuestiones reales» del periodista Frederic Deborsu. Sus páginas no dejaban títere con cabeza y el autor aseguraba que la Reina Fabiola «acumulaba amantes».

El futuro Rey de los Belgas se llevó, en cambio, la peor parte. Según escribía el periodista, el Príncipe Felipe habría mantenido una «intensa relación con un hombre». Deborsu definió el matrimonio del Heredero de «forzado» alegando que fue el Monarca el que dio un ultimatúm a Felipe: «O te casas o no serás nunca rey».

El Palacio de Laeken emitió un comunicado en el que calificó de «totalmente erróneos e injuriosos» los extractos del libro y anunció que demandaría al autor del mismo.
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