Newell’s sumó sólo un punto ante San Lorenzo y el camino copero se dificulta

Dos caras de una misma moneda. Eso es lo que hay que observar a la hora de analizar el empate de Newell’s. Por un lado, no se consiguió lo que se fue a buscar al Nuevo Gasómetro, los tres puntos ante un San Lorenzo plagado de problemas y que hoy solo piensa en las elecciones que se vienen.

Y por el otro, se sumó una unidad y mantiene las ilusiones intactas de clasificar a la Copa Libertadores, aunque ahora ya no depende de sí mismo sino de lo que suceda con Racing, que está por encima de la Lepra, además de que Independiente no obtenga el título de la Sudamericana, claro. Lo que más preocupa a esta altura es el rendimiento, que decayó sobremanera en esta recta final del añó y el equipo luce agotado, como pidiendo unas rápidas vacaciones.

El eterno problema de definición otra vez se vio reflejado cuando Newell’s generó algunas acciones de riesgo. Y claras, en un juego anodino y de poco vuelo. Como el remate de Formica que se le escabulló a Migliore entre las piernas y la pelota se fue al trotecito al córner. O la inmejorable chance de Borghello, cuando quedó solo para abrir el marcador y Palomino alcanzó a tapar ante la demora del atacante.
Newell’s perdonó, le faltó el punch final y San Lorenzo lentamente se fue animando. Pero también sufrió horrores el mismo defecto del rojinegro, algo evidenció a lo largo del campeonato: la definición. Rovira tuvo una y se lo perdió. Tuvo la segunda y Peratta voló para taparle el gol. Tuvo la tercera, que no fue la vencida, y otra vez el arquero le controló el remate a quemarropa. Y no fue sólo Rovira el que falló, sino que también el uno leproso controló un disparo de Rivero cuando estaba solo para definir.

Sensini buscó cambiar sobre la marcha a los 56’ con el ingreso de Salvatierra por el Memo y con Cristian Díaz por Sperduti, pero no hubo caso. Apenas algunas llegadas aisladas inquietaron al local. Poco por cierto como para conseguir el objetivo “ganar” y continuar arriba en la tabla que hoy interesa en el mundo leproso, la de la Copa.

Lo que más preocupación genera en el cuerpo técnico es la disminución en lo futbolístico, más allá de la escasez de gol. Este conjunto no luce ni responde como lo hacía tiempo atrás. Sperduti bajó considerablemente su nivel, se quedó sin explosión (más allá de la posición de volante que ocupó ayer) y eso se extraña. Y Formica tampoco rinde como lo puede hacer marcando la diferencia.

Encima de las flaquezas hacia adelante, la defensa también ingresó en esa veta y por eso el cuervo tuvo espacios como para llegar con cierta claridad en el complemento.

La Lepra estaba obligada a vencer para superar de nuevo a la Academia, pero no pudo. Tampoco perdió, a pesar de que estuvo cerca. Fue un partido del “gol gana”. Los dos fallaron, por eso hicieron tablas. Pero el resultado le dolió más a Newell’s. Porque resignó espacio en la carrera que copa y ahora el camino aparece más sinuoso y complicado, más allá de que las chances aún están latentes. Por eso a Newell’s le quedó un sabor a poco.

Fuente: La Capital