«Mi hija conocía a quienes la violaron y por eso la mataron»

Lo dijo la mamá de la nena de 9 años que fue violada y asesinada en la localidad salteña de Joaquín V. González. Por el hecho hay tres sospechosos detenidos

La mamá de Claudia Judith Palma habló por primera vez y se refirió al brutal crimen de su hija de 9 años, en la localidad salteña de Joaquín V. González.

Según contó Antonia Quiroga en una entrevista brindada al diario Clarín, el sábado antes de desaparecer, la nena se dirigió después de trabajar al almacén «Don Paco» para gastar dos pesos en golosinas.

«Le dije que sí. Ella era una persona que no se quedaba con plata de la venta. Era muy honrada», recordó Antonia y aseguró: «mi hija conocía a quienes la violaron y por eso la mataron».

En la puerta de ese almacén se encontraban dos de los tres sospechosos que fueron detenidos posteriormente.

Según las fuentes, Claudia fue llevada por los sospechosos a un pequeño taller que tienen a metros del comercio.

Al no regresar, sus padres se preocuparon y realizaron la denuncia, por lo que el día lunes la policía realizó una serie de rastrillajes en busca de la nena.

Primero revisaron varios descampados, en uno de los cuales luego apareció el cuerpo sin vida de la víctima.

Luego, realizaron un rastrllaje casa por casa en el barrio donde se encuentra ese almacén, debido a que los policías hallaron la bicicleta de la pequeña en la parte trasera del lugar.

En ese momento, los dos sospechosos habrían tomado el cuerpo de la víctima y lo habrían llevado y arrojado en el baldío donde luego fue hallado.

Sin embargo, en el taller los efectivos encontraron rastros de sangre y los dos hombres fueron igualmente detenidos.

«Cuando me dijeron que mi hija había desaparecido, desde un primer momento pensé lo peor», contó Fabián Palma, el padre de la nena a ese diario.

Y contó detalles del hallazgo: «Cuando encontraron a mi hija, un policía me llevó para que la reconociera. Estaba acurrucada y de costado en el suelo, entre unos yuyos. Le

alcancé a ver su calza, baja hasta las rodillas, y dije: «Es ella». Y cuando quise arrodillarme para abrazarla, los policías me levantaron y no me dejaron que le diera un beso».

Source: Online-911