Un cartel con nombres de los desaparecidos de esa localidad se colocó en la entrada, como respuesta simbólica a la posibilidad de que el ex dictador sea enterrado donde nació
«No queremos que los restos de Videla sean enterrados en Mercedes. No queremos que la ciudad sea un espacio de pasaje y reverencia de la derecha fascista argentina y que sea enterrado al lado de muchos compañeros que perdieron la vida durante su dictadura», dijo ayer el dirigente del Partido Socialista local José Luis Pisano, ante la posibilidad de que el genocida que gobernó la Argentina entre 1976 y 1981 sea enterrado en el cementerio público de allí.
Pisano y otros líderes políticos locales se reunieron este lunes para expresar su rechazo.
En tanto, la oficina de Derechos Humanos de la Municipalidad de Mercedes llevó adelante la mañana de ayer la instalación de la muestra itinerante sobre los detenidos, desaparecidos y asesinados de esa ciudad en la puerta del cementerio local, donde hay dos bóvedas de la familia del exdictador.
En el mismo sentido se expresaron algunos vecinos ante una cronista de AFP.
«Repudio a que su cuerpo se deposite en nuestra ciudad, y tendrían que hacer lo mismo con el cuerpo de él como pasó con los de los desaparecidos; que lo tiren en el mar», dijo Ayelen Mainery, una vendedora de 26 años.
A su vez, Aida Ibaldi, empleada contable de 55 años, señaló: «La pasamos muy mal en la dictadura, no quisiera que esté en mi ciudad».
«Los familiares de Videla tienen su cuerpo, para el que no tienen que pedir ningún hábeas corpus, que no ha sido violentado, que no fue torturado, sus familiares no fueron apropiados y que lo van a poder enterrar donde quieran, donde puedan», indicó otro dirigente político local, Juan Ignacio Ustarroz, de 35 años.
Ustarroz es sobrino de Lucila Révora de Pedro, desaparecida el 11 de octubre de 1978, y de Enrique De Pedro, asesinado el 20 de abril de 1977.
«El daño ya lo hizo, y que sea mercedino es una mancha que tendrá la ciudad para siempre, no cambia nada», sostuvo Marcelo Melo, diseñador grafico de 48 años.
Videla, que nació en esa ciudad enclavada en la rica pampa húmeda el 2 de agosto de 1925, falleció el viernes en la cárcel de Marcos Paz, donde purgaba dos condenas a cadena perpetua por delitos de lesa humanidad durante la dictadura (1976-83).
El lugar y la fecha del entierro del ex dictador están rodeados por el misterio y hasta este lunes solo se sabía que su cuerpo permanecía en la morgue de Buenos Aires, pero la posibilidad de que ocurra en Mercedes, de unos 65.000 habitantes, movilizó a sus fuerzas políticas y organismos humanitarios.
Sin embargo, las autoridades reconocieron que no habría razón, más allá de los aberrantes crímenes cometidos por el ex dictador, para prohibir su entierro.
«El municipio se opone a que sea enterrado en un nicho público, pero la familia tiene bóveda propia y tenemos entendido que lo enterrarían ahí. No podemos oponernos a eso, porque es privado, yo no puedo negarte a que entres a tu casa», dijo el director de prensa comunal Pablo Vera De Bonis.
«Cuando uno muere, es un conjunto de carne y hueso, en todo caso. A través del juicio colectivo, se formará la opinión de Videla. No tengo resquemor de que esté en Mercedes, porque cuando uno muere, se terminó quien era», dijo Juan Carlos Benítez, actual edil de Mercedes y ex detenido-desaparecido.
Fuente: Infobae