Cristina tuvo dos semanas de furia.
Las informaciones las recibió de hombres de su confianza y estalló ante ellos. Primero, fue cuando ante una información de operadores judiciales del Gobierno, recibió malas noticias sobre el desenlace sobre la causa de la llamada “Ley de Medios”.
Allí ordenó el envío al Congreso del paquete de leyes de la “Democratización de la Justicia”: no importaba si faltaba pulir detalles o no se había bajado la indicación a los jefes parlamentarios; ni siquiera, la disfonía que crecía y molestaba a la Presidenta.
No hubo falta de voz que valiera y Cristina volvió a su atril a desgranar los principales conceptos de esa ofensiva a fondo contra el Poder Judicial. Luego, siguió la determinación de imponerle un “café veloz” al tratamiento parlamentario.
En este rubro, la piedra en el zapato resultó Jorge Yoma, el titular de la comisión de Justicia, desde donde debería surgir la discusión de estos proyectos. El riojano apeló a su arsenal de frases ingeniosas y desairó a todos los que llegaron con mensajes de concordia kirchnerista: ni Diana Conti logró sellar la boca del diputado molesto que promete show en el debate de Diputados.
La otra mala nueva fue cuando a inicios de la semana pasada, llegó a oídos del Gobierno que Jorge Lanata volvería “con todo” a la pantalla del 13. La SI (nuevo logo de la histórica SIDE) fue la que comunicó a Cristina de los llamados de la producción de “Periodismo para Todos” a Lázaro Báez y a otros protagonistas de la investigación del #DineroK .
El nuevo estallido de furia determinó el “silenzio” de los funcionarios y habituales voceros y las órdenes a los funcionarios indicados. La UIF que conduce José Sbatella no actúa de oficio por lo que esperará que la Justicia le reclame información. La AFIP largó escuetas palabras para decir que estará atenta: “lo que nos corresponde a nosotros, lo vamos a investigar”.
Donde sí había inquietud era en el Banco Nación, desde donde sale la firma para hacer efectivos los préstamos a Lázaro Báez.
Pero en los alrededores de la Casa Rosada, la calma llegó cuando la cuestión se “farandulizó”. Los programas “mediáticos” se fascinaron con cifras de 9 y 10 puntos de rating en la tarde del lunes.
Cristina retoma hoy la calma antes de partir a Venezuela y ya subió a su avión al entrerriano Sergio Urribarri. Allí, en tierras donde Maduro sufrió para ganar, se volverá a menear el tema de la re reelección y de las verdaderas posibilidades de lograrla.
clarin.com