Mauro Martín, actualmente detenido acusado de homicidio, sufrió un procesamiento por desobediencia.
Se trata por no acatar la prohibición de acercarse a menos de 500 metros de La Bombonera los días de partido.
Mauro Martín (DyN)
El jefe de la barra brava de Boca Juniors Mauro Martín, actualmente detenido acusado de “homicidio”, sufrió un nuevo procesamiento, esta vez por “desobediencia” a una orden judicial que le prohibía acercarse a menos de 500 metros de La Bombonera los días de partido.
La Cámara del Crimen dictó el procesamiento, sin prisión preventiva y con embargo de dos mil pesos, porque Martín concurrió a la cancha de Boca el 7 de diciembre de 2011 para festejar el último título local del club de la Ribera, cuando tenía prohibido hacerlo.
La Sala Primera de la Cámara, con las firmas de los jueces Luis Bunge Campos, Jorge Rimondi y Alfredo Barbarosch, procesó a Martín, quien “el 7 de diciembre de 2011, aproximadamente a las 21 concurrió a las inmediaciones de Boca Juniors –ingresó al polideportivo de ese club que se encuentra en Espinosa casi esquina Palos de esta ciudad- permaneciendo hasta los últimos minutos del partido de fútbol que ese club disputó con su par de Banfield, desobedeciendo lo resuelto por la Juez en lo Pena, Contravencional y de Faltas, Carla Cavaliere”.
Martín tenía como medida de conducta “abstenerse de concurrir a todo tipo de espectáculo deportivo durante el trámite del presente proceso, abarcando dicha interdicción un radio de 500 metros del lugar de realización de dichos eventos”, a raíz de un episodio que protagonizó junto con su enemigo, Rafael Di Zeo, poco tiempo antes.
Martín adujo que “se habría limitado a buscar a su familia, que sí se encontraba en el interior del estadio en virtud del partido que se disputaba con el Club Atlético Banfield y que tenía temor por la integridad física de ellos, atento algunos disturbios ocurridos con anterioridad”.
Pero la Cámara –que revocó un sobreseimiento de primera instancia- replicó que “podría haber ido su cuñado -quien lo acompañaba- a buscar a su familia, pudiendo el imputado aguardar a más de 500 metros del estadio, como se le impuso y desde donde, incluso, observó el partido disputado”.
Martín concurrió a La Bombonera “no con la finalidad de buscar a su familia sino con el propósito de festejar el campeonato que minutos antes el club al que pertenece acababa de obtener”, sostiene el fallo.
El delito por el que fue procesado Martín contempla penas de entre 15 días y un año de prisión.
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