El díficil equilibrio de Obama en su visita a palestinos

Los palestinos están escépticos y decepcionados de que Obama no haya ejercido más presión sobre Israel.
El presidente estadounidense, Barack Obama, intentó hacer un difícil equilibrio durante su visita hoy a Ramallah: por un lado criticó la política de asentamientos israelíes, pero por otro aconsejó a los palestinos volver a la mesa de negociaciones. Una solución de dos Estados sigue siendo posible, pero será más difícil, advirtió durante una rueda de prensa conjunta con el presidente palestino, Mahmud Abbas.

Los palestinos están escépticos y decepcionados de que Obama no haya ejercido más presión sobre Israel, mientras que su ofensiva de encanto ha aumentado incluso más la ira de los palestinos.

Pero Obama habló claro y exigió a los palestinos que se superen a si mismos. «Si sólo puede haber conversaciones cuando todo está ya arreglado, entonces no llegaremos nunca a las cuestiones de amplio alcance», le dijo a Abbas.

Éste volvió sin embargo a exigir una moratoria en la construcción de asentamientos como condición previa para reanudar las negociaciones de paz, congeladas desde 2010.

Pero no está claro que los consejos de Obama caigan en suelo fértil. Él mismo reconoció que los políticos no pueden adelantarse demasiado a sus pueblos, y muchos israelíes y palestinos son escépticos respecto a la paz.

A esa actitud se refirió también Obama en un emotivo discurso ante cientos de estudiantes israelíes en Jerusalén. A la larga, dijo, ningún muro y sistema de defensa antisimisiles es lo suficientemente perfecto para mantener lejos a todos los enemigos, advirtió Obama a una sociedad que parece haberse resignado a una situación de insatisfacción continua.

Un Israel judío y democrático sólo es posible, en vista del desarrollo demográfico, si hay una Palestina independiente capaz de vivir a su lado, añadió entre un fuerte aplauso. Quien quiere tener todo al final lo perderá todo, advirtió Obama, en referencia tanto a los israelíes como a los palestinos.

Dos Estados para dos pueblos son la única solución posible para el problema, añadió. Los palestinos deben sin embargo aceptar que Israel es un Estado judío y eso significa también que tendrán que aceptar la amarga verdad de que nunca podrán volver a la tierra de sus antepasados en la Israel actual.

El camino para la paz alberga muchos riesgo, reconoció Obama. Pero «los políticos nunca deben acceder a asumir riesgos si los electores no lo aprueban», señaló. El objetivo más importante, consideró, debe ser instaurar la soberanía para los palestinos y la seguridad para Israel.

Pero la decepción de los palestinos con Obama fue consideradamente palpable. En las calles de Ramallah se veían carteles de Obama que decían «No Hope» (no hay esperanza). Y la policía tuvo que mantener a raya a los manifestantes mientras Abbas recibía con los mayores honores militares al invitado de alto rango.

Y mientras tanto, el lanzamiento de cuatro cohetes por parte de milicianos palestinos desde la Franja de Gaza hacia el sur de Israel sólo unas horas antes de la visita de Obama a Ramallah volvió a mostrar lo crítico del conflicto.
por J. Ronneburguer y P. Meinert
mdzol.com