De los siete acusados en el banquillo poco y nada. El foco de atención se centró por segunda jornada consecutiva en las deficiencias del banco en materia de control y seguridad, que permitieron que el 29 de julio de 2010 se lleve a cabo la salvaje salidera a Carolina Píparo y la consecuencia muerte de su bebé Isidro.
Ayer, en la novena audiencia del debate oral, cinco empleados revelaron ante el Tribunal II de La Plata que antes del juicio fueron citados por un cuerpo letrado y los prepararon indicándoles lo que tenían que declarar, de modo tal, que la entidad crediticia quedara desvinculada tanto en la justicia civil como la criminal.
Antes de iniciarse la audiencia, Carolina señaló “cualquiera entra a un banco a robar que no pasa nada”. Y lo indicó a partir de lo declarado el viernes por una gerenta, un guardia y un policía de la custodia afectados a la filial del Santander Río de 7 y 42.
Carolina repudió las deficientes condiciones de seguridad del banco. «Los clientes corren muchos riesgos dentro de los bancos».
Por su parte, los abogados de Carolina, que intervienen en el juicio en el rol de particular damnificado, denunciarán a los empleados y autoridades del Santander Ríos por considerarlos responsables de haber incurrido en los delitos de “falso testimonio y encubrimiento”.
Así lo indicaron los letrados Fernando Burlando y Gustavo Galasso, detallando que para la denuncia tendrán en cuenta todas las declaraciones vertidas en el juicio por parte de los empleados del banco, quienes, para sorpresa de la colmada sala de audiencias, revelaron que el 7 de marzo pasado, fueron llevados a un estudio jurídico en el barrio porteño de Puerto Madero, donde al menos seis abogados, monitorearon el contenido de lo que iban a declarar en las audiencias.
“Seguramente el hecho será investigado en Capital Federal, ya que el delito se consumó en esa jurisdicción”, consignó Burlando, dando cuenta además que no se descarta que se procesen a los integrantes del directorio nacional de la entidad por haber generado las condiciones de inseguridad en la sucursal de 7 y 42 ya que no había privacidad entre los empleados y clientes y «se veía todo lo que pasaba en las cajas con las entrega de dinero y se podía escuchar».
En la audiencia de ayer, los testigos Gastón Viaña y Gabriela Blanco confirmaron que fueron convocados por sus superiores bancarios a una reunión que se realizó en un edificio de Puerto Madero del que no pudieron precisar la dirección pero aclararon que está “a la vuelta del hotel Hilton”.
“Los llamaron para decirles que la tierra es redonda y la sal salada”
“Nos llamaron para recomendarnos que digamos la verdad pero la reunión duró dos horas”, aseguraron ayer, en forma calcada los empleados banco Santander Río.
Mientras escuchaba las sorprendentes revelaciones en las que los empleados admitían ante el tribunal y las partes el armado de sus testimonios, les salió al cruce el fiscal de juicio Marcelo Romero (foto), quien ironizó: “los llamaron para decirles que la tierra es redonda y la sal salada”.
Luego otra empleada del banco admitió que el 28 de julio de 2010, en el Tesoro del banco había 39 mil dólares. Que se pagaron seis mil de un amparo y que a Carolina solo le entregaron diez mil y le dijeron que debía volver un días después a buscar el faltante de una cuenta a la vista de su propiedad, pero no supo explicar qué pasó con el resto de los fondos.
Esta empleada confirmó lo declarado el viernes por la gerente del banco Valeria del Valle en el sentido de que la entidad tenía dinero suficiente para entregarle a la joven y se lo negaron, obligándola a ir en la jornada siguiente, cuando resultó víctima de la salvaje salidera.
Finalmente, declararon testigos policiales que participaron de la investigación, mientras que el miércoles 20 de marzo próximo se proyectará en la sala de audiencias el video en el que se ve a Miguel “Pimienta” Silva siguiendo de cerca (“marcando” los movimientos intrabancarios de Carolina y su madre.
Fuente: Diario Hoy