El Gobierno porteño liberó el fin de semana la vereda de Díaz Vélez y trasladó a 450 feriantes a la avenida Patricias Argentinas. Ahora regulará su actividad y controlará el origen de la mercadería.
Instalado el enrejado perimetral en el Parque Centenario, una medida que despertó críticas de los vecinos, ahora el Gobierno porteño trabaja para reubicar a los artesanos y puesteros luego de la polémica que se generó en torno a las ferias ilegales que ocupaban el espacio público. La idea oficial es regular a aquellos comerciantes que estaban fuera de la ley y ampliar la feria sobre la avenida Patricias Argentinas.
El fin de semana pasado, los cambios comenzaron a ser visibles. Quienes visitaron el Parque pudieron comprobar que la vereda de la avenida Díaz Vélez fue liberada y que unos 450 feriantes fueron trasladados hacia Patricias Argentinas (hasta la entrada del hospital Marie Curie), donde ya funcionaba una feria de manualidades.
“Entendemos que los puesteros tienen que trabajar, por eso estamos fiscalizando uno por uno para que continúen en un marco de legalidad”, sostuvo Patricio Di Stéfano, subsecretario de Espacio Público. Traducido: los trabajadores no podrán comercializar mercadería trucha, deberán ser monotributistas en caso de reventa de productos y tendrán que respetar la ubicación que se les asigne. “En un principio había cerca de 1.000 personas trabajando, muchos de los cuales vendían objetos ilegales e infringían la ley”, reconoció el funcionario.
En tanto, el paseo de artesanos en el interior del parque y los libreros seguirán en sus históricos lugares. “Ellos están felices porque se ubican en un sector refaccionado, con más iluminación y mejores condiciones. Y desapareció la competencia desleal”, agregó. Como parte de las obras, las ferias también tienen vigilancia de la Policía Metropolitana, reforzada por la instalación de cámaras de seguridad.
Fuente: La Razòn