Vale no quiere saber nada con el dólar oficial

La minera brasileña con fuerte participación estatal exige dos condiciones para reactivar Potasio Río Colorado: exenciones en el IVA y una tasa de cambio más favorable.

La brasileña Vale, la segunda minera más grande del mundo, espera que el gobierno de Argentina responda este mes a sus demandas de ventajas fiscales y cambiarias para decidir el futuro de su proyecto de potasa de 6.000 millones de dólares, dijo hoy una fuente del gobierno brasileño.

Vale, que está reduciendo sus inversiones para enfrentar una escenario de menores precios, detuvo en diciembre las obras del proyecto Río Colorado, en la provincia andina de Mendoza, mientras analiza lo que describió como «variaciones en los fundamentos económicos» en un país con una inflación del 25 por ciento anual, según los cálculos privados.

«Vale va a esperar hasta el 28 de febrero para ver si la cosa se resuelve, si consigue lo que pide», dijo a la agencia de noticias Reuters un funcionario del área económica del gobierno brasileño al tanto de las negociaciones, que habló a condición de no ser identificado.

Reuters reportó esta semana que Vale había pedido a Argentina exenciones del impuesto al valor agregado (IVA) y una tasa de cambio más favorable que la oficial para compensar el alza en los costos.

«La pelota está en la cancha de los argentinos», añadió.

Reclamo recurrente

En los hechos, lo que Vale le está pidiendo al Gobierno nacional es lo que le viene exigiendo todo el sector productivo exportador de la Argentina, que no sea el sojero. En especial las economías regionales. Es que con el actual contexto económico interno de la Argentina, esto es alta inflación de costos con un tipo de cambio oficial estable, todo exportador pierde competitividad, por lo que la única salida es lograr exenciones impositivas (Argentina tiene una de las mayores presiones impositiva de la región) que repercuten por el lado de los costos o bien un tipo de cambio peso – dólar más cerca del blue que del oficial para en el futuro liquidar sus exportaciones.

En concreto, lo que hoy está pidiendo Vale es lo mismo que vienen reclamando en Mendoza sectores clave como el vitivinícola, el olivícola o el de la fruta en fresco. La diferencia es que Vale por sí misma puede sentarse a dialogar con el Gobierno Nacional; las economías regionales no tienen ese peso.

Proyecto clave

La inversión de Vale convertiría a Argentina en uno de los mayores productores de potasa -utilizado para fabricar fertilizantes- y llegaría en momentos en que el país mantiene varios frentes de conflicto abiertos con otros países por sus barreras comerciales o nacionalizaciones empresarias.

Una portavoz de Vale en Río de Janeiro declinó comentar sobre Río Colorado.

Pero según la fuente del Gobierno, Vale sostiene que ya invirtió más de lo previsto y para continuar adelante necesita una reducción de impuestos.

«Vale quiere ver qué puede hacerse para mantener la inversión prevista inicialmente», dijo el funcionario.

La minera brasileña dice haber invertido 1.805 millones de dólares en Río Colorado, donde al cierre del tercer trimestre del 2012 había completado un 40 por ciento de las obras físicas.

Fuentes del mercado en Argentina calculan que la exoneración del IVA que pide la firma significaría un ahorro de alrededor de 1.000 millones de dólares para Vale.

Reuniones

El futuro del proyecto estará sobre la mesa cuando la presidenta argentina, Cristina Fernández, y la brasileña Dilma Rousseff se reúnan a comienzos de marzo en la Patagonia.

El ministro de Industria y Comercio Exterior brasileño, Fernando Pimentel, discutió el tema el lunes en Buenos Aires con su colega argentino de Planificación, Julio de Vido.

Funcionarios brasileños dicen, en privado, que Argentina necesita la inversión y eso debe facilitar un entendimiento. El plazo del 28 de febrero, dijeron, podría en teoría prorrogarse por otros 20 días.

Vale compró en el 2009 los activos argentinos de potasa de Río Tinto con el objetivo de abastecer Brasil, una potencia agroindustrial que actualmente debe importar un 90 por ciento de los fertilizantes que utiliza.

El proyecto debía comenzar a producir en el 2014 con una capacidad inicial de 2,4 millones de toneladas métricas anuales, que aumentaría a 4,3 millones de toneladas. Fuentes del mercado dicen, sin embargo, que el inicio de las operaciones podría retrasarse en hasta tres años.

Las obras, que además de la mina incluyen más de 800 kilómetros de vías de tren y un terminal en el puerto marítimo de Bahía Blanca, al sur de Buenos Aires, emplean a unos 4.000 trabajadores.

Fuentes del sector dijeron que problemas para expropiar tierras en la provincia central de La Pampa encarecieron el proyecto y podrían llevar a Vale a considerar un trazado alternativo.

Vale pisó el freno en abril del 2012, cuando su presidente ejecutivo Murilo Ferreira ordenó revisar el proyecto citando una creciente «preocupación» por la situación económica en Argentina y el clima político tras la nacionalización del 51 por ciento de la petrolera YPF que estaba en manos de la española Repsol.

El 24 de enero, la empresa dijo que había prorrogado el receso de fin de año de los trabajadores en Río Colorado para seguir analizando los fundamentos económicos del proyecto, lo que implica que las obras están paralizadas desde fines de diciembre.

Con una inflación calculada en un 25 por ciento anual y un peso que no se deprecia a esa velocidad, los costos en dólares de empresas como Vale crecen rápidamente.

Las inversiones en Argentina han sido golpeadas además por restricciones gubernamentales a la compra de divisas, lo que disparó la brecha entre la cotización del peso en el mercado oficial y el paralelo, un 55 por ciento más débil.
mdzol.com