Alfio Basile siempre tuvo flores a mano para tirarle a Messi. Como cuando pidió que cerraran el estadio, después de aquella gran vaselina del rosarino en la Copa América 2007, en el 3-0 a México, o cuando, previo al último Mundial, lejos del banco de la Mayor, alentó: “En Sudáfrica la va a romper”.
Ayer, en un homenaje que le dedicó Estudio Fútbol, el Coco reapareció después de varios semanas (había dado una nota muy escueta en la inauguración de la panchería del Profe Dibos) y, además de opinar sobre el juego de Leo en particular, adjudicó buena parte de la eliminación en Sudáfrica a la mala suerte de la Pulga: “Fue increíble, a Messi le rebotaron todas en el palo. Por los jugadores que había, pensaba que Argentina era campeón”.
Pero además de mimarlo por “fenómeno” y por “hacer cosas imposibles”, Basile se permitió una opinión que en el último tiempo viene perdiendo consenso, en especial con la confirmación de Sergio Batista al timón de la Selección. “Por carácter, Messi no puede ser caudillo del equipo, salvo que con el tiempo cambie su personalidad”. Lejos de buscar polémica, la autorizada lectura del Coco, quien dirigió a Leo entre 06 y 08, debería ser constructiva. Y más teniendo en cuenta que, quien lo dice, extraña (no dirige desde enero) “los jugadores que me sorprenden, como Messi, quien te hace cualquier cosa con la pelota. Es tremendo. Después se queda descansando un rato y vuelve a aparecer”. Y para no dejar dudas, también hubo mimos para el Checho, porque “juega como a mí me gusta”.
Mucho se dijo después de que el Coco se alejara de la Selección, tras el ¿fatídico? 1-0 en Chile. Pero nada de eso lo dijo el cultor del “no comments”. Ayer, por primera vez, se acercó escuetamente al tema: “No me fui porque soy un loco ni como vidrio. Era digno irme. El resto me lo llevo a la almohada”, cerró un auténtico Coco.
Fuente: Olé