El destructor de la Armada ARA Santísima Trinidad se hunde en Puerto Belgrano, Allí se encontraba averiado por secuelas de un atentado de Montoneros, allá por 1975 y ahora, más de treinta años después finalmente sucumbió al paso del tiempo. Uno de sus comandante calificó al hecho como de «tremendamente triste».
El ARA Santísima Trinidad había llegado al país a fines de los ´60 cuándo dos fragatas misilísticas fueron compradas al Reino Unido. La Hércules cruzó el Atlántico navegando armada, mientras que la Santísima Trinidad fue ensamblada en el Astillero Río Santiago.
Sus primeros años de servicio de vieron prontamente entorpecidos en septiembre de 1975 cuándo, producto de un atentado de Montoneros, estalló una bomba en el muelle del Astillero y la nave sufrió un hundimiento parcial. Luego de eso tardó cinco años en ser reparada.
No obstante, entre 1981 a 1989 el buque retomó el servicio sin descanso. En 1981 luego de las reparaciones necesarias, había recibido en Inglaterra el rango de destructor, luego de que su construcción fuera avalada en Inglaterra.
También participó del conflicto bélico de Malvinas llevando a algunas de las primeras dotaciones de Marinos que partieron a las Islas. Su comandante durante dicho conflicto recordó que bajo sus órdenes, a bordo de ARA Santísima Trinidad, sirvieron 310 hombres los cuales regresaron todos a casa. Sin embargo, la averías la mantuvieron apartada de la guerra en los meses posteriores.
Su último viaje fue en junio de 1989, desde entonces permanecía en el muelle sirviendo como proveedora de repuestos al ARA hércules que necesitó de ella para poder continuar navegando, luego de un embargo británico posterior a la guerra, esa fue su última misión.
Todavía se desconocen las causas del hundimiento, mientras tanto, continúa apagándose en el muelle sur de la dársena de la Base Naval Puerto Belgrano, sostenida por dos pesqueros. Aparentemente, habría sufrió la rotura de una válvula de seis pulgadas. No obstante, lamentablemente, que no prestaba servicio activo.
“Es un hecho tremendamente triste lo que está pasando. Quería mucho a ese buque. El oficial de marina llega a comandante de un buque como un hito en su carrera y es una de las satisfacciones más grande que tiene. Mantenía un recuerdo muy especial del buque y de toda la tripulación”, afirmó Tejo al respecto, en declaraciones a la prensa.
De esta forma y en silencio, la historia no tiene final feliz, como tuvo la Fragata Libertad (si se puede considerar feliz). De este hecho lamentable, nadie puede sacar provecho político, por eso pasará sin penas ni glorias. Tal vez cómo último homenaje, el buque sea convertido en museo, tal como pide Tejo. He aquí la otra cara del estado de los navíos de la Armada, el hecho que opaca el festejo.
Crédito foto: DyN