Vecinos de Malí preparan una intervención y Francia sigue con sus bombardeos

BAMAKO — Los jefes de Estado Mayor del oeste de África estaban preparando este martes en Bamako la «liberación» del norte de Malí, controlado por grupos armados islamistas, mientras Francia prosigue con su operación y se dispone a desplegar a 2.500 soldados.

La aviación francesa bombardeó este martes de madrugada la localidad de Diabali, en el oeste de Malí, tomada la víspera por combatientes islamistas acaudillados por el argelino Abu Zeid, un líder de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI).
La operación francesa será relevada por una fuerza regional, que estaba siendo debatida este martes por la tarde en Bamako.
«Nos reunimos en este día (martes) para hablar esencialmente del compromiso (…) en favor de nuestros hermanos de armas de Malí para, por supuesto, liberar el norte de Malí», declaró el general Soumaila Bakayoko, jefe de Estado Mayor del ejército marfileño, en la apertura de la reunión con sus homólogos.
Amparándose en una resolución de la ONU, La Comunidad Económica de Estados de África del Oeste (CEDEAO) enviará una fuerza de intervención de 3.300 soldados, que contará con apoyo logístico occidental, para desalojar a los islamistas armados del norte de Malí. Nigeria, que enviará un total de 900 soldados, anunció este martes que mandará a los primeros en 24 horas.
A la espera de esa fuerza, el presidente francés, François Hollande, declaró durante una visita a Abu Dabi que actualmente hay 750 militares franceses en Malí, y que pronto serán más.
Francia «seguirá teniendo fuerzas en tierra y aire», afirmó el presidente.
El ministerio francés de Defensa precisó desde París que desplegará «progresivamente» 2.500 soldados para combatir a los grupos islamistas que ocupan el norte de Malí desde hace nueve meses.
La noche del lunes llegó a Bamako una columna de unos 40 vehículos blindados franceses desde Costa de Marfil, indicó a la AFP un consejero militar de prensa.
Según éste, los vehículos se emplearán en los combates que se desarrollan desde el viernes entre el ejército maliense, apoyado por soldados de las fuerzas especiales, helicópteros y aviones franceses, y los islamistas armados.
Al mismo tiempo, los yihadistas abandonaron sus feudos en el norte del país, como la ciudad de Gao, donde los bombardeos franceses mataron el domingo a más de 60 combatientes, según habitantes y una fuente de la seguridad.
En Tombuctú, donde de momento no hubo ningún bombardeo aéreo, los yihadistas también partieron.
«Los muyahidines se han ido, tienen mucho miedo», aseguró un vecino de esta ciudad emblemática de la cultura musulmana en África, donde los yihadistas destruyeron numerosos mausoleos de santos musulmanes por considerarlos como una herejía.
Para el portavoz del grupo islamista Ansar Din, Senda Uld Bumama, se trata apenas de «una retirada táctica», según declaraciones publicadas en el sitio de información mauritano Al Ajbar.
Francia, «en guerra contra el terrorismo» en Malí, según su ministro de Defensa Jean-Yves Le Drian, bloqueó el viernes el avance de los grupos islamistas armados hacia el centro del país. El domingo y el lunes bombardeó sus posiciones en el norte.
En Nueva York, Francia obtuvo el lunes «la comprensión y el apoyo» de los otros 14 miembros del Consejo de Seguridad, según el embajador francés Gérard Araud. Este martes, el ministro italiano de Exteriores, Giulio Terzi, expresó el mismo apoyo a su homólogo francés Laurent Fabius.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, manifestó también su apoyo a la operación francesa, aunque destacó la necesidad de una reconciliación política en el país.
El secretario general de la Organización de Cooperación Islámica (OCI), Ekmeleddin Ihsanoglu, pidió en cambio «un alto el fuego inmediato» en Malí, miembro del foro, y la reanudación de las negociaciones entre Bamako y los islamistas.
Por otro lado, cerca de 150.000 personas huyeron del conflicto en Malí hacia los países vecinos, indicó este martes el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
La organización precisó que hay unos 230.000 desplazados dentro del país.
La directora general de la UNESCO, Irina Bokova, envió una carta a las autoridades malienses y francesas pidiéndoles que no expongan a la destrucción o el deterioro los bienes culturales del país africano.

Fuente: AFP