El verano y Ramón Díaz les abren las puertas a los chicos de River

Tomás Martínez y Esteban Espíndola López debutarán en el primer equipo millonario en el amistoso contra Independiente; las historias de dos jóvenes que se encontraron con una oportunidad impensada.
TANDIL.- Los dos están tan contentos que no paran de sonreír ni cuando cuentan que Carlos Sánchez y Jonatan Maidana los sometieron a un ritual que poco tiene que ver con la peluquería. Esas cabezas rapadas son el precio por ser jóvenes que se asoman a la primera división. «Nos hicieron un corte raro. A mí me dejaron como una M y a Esteban una L. Después nos pelaron por completo», comenta Tomás Martínez, que con 17 años no cabe en su asombro por la posibilidad que tendrá esta noche de debutar en la primera de River frente a Independiente, al igual que Esteban Espíndola López, que a los 20 también vivirá su estreno.

Ramón Díaz les hace un lugar a ambos en una formación que tiene mayoría de suplentes y ocho jugadores de las inferiores, con las excepciones de Abecasis (llegó de Central), Rojas y Acevedo. Es el técnico que alguna vez hizo debutar a Javier Saviola con 16 años. Ahora puso el ojo en Martínez, un enganche zurdo -justo la posición en la que el Pelado busca un refuerzo-, atrevido para la gambeta y con buen panorama. Y de contextura chica, con un físico que aún no terminó de desarrollar. «Ramón no me habló mucho, sólo me corrigió algunas cosas y me dijo que juegue libre y con confianza», dijo Tommy, admirador de Zidane, Aimar y D’Alessandro.

A Espíndola López, que nació en Billinghurst y está en el club desde 2001, se le abre un espacio donde River sufrió últimamente con las graves lesiones de los zagueros Maidana, Pezzella, Ramiro Funes Mori y del joven colombiano Eder Álvarez Balanta (aún no debutó). Este defensor, que está agradecido a las enseñanzas de Jorge Gordillo (DT en reserva), tiene un alto concepto sobre sus condiciones futbolísticas: «Trato de salir jugando, soy fuerte, tiempista. Voy bien de arriba. Tengo mucha personalidad y temperamento». Y aclara con picardía: «Me tengo que vender bien. De los errores ya se van a dar cuenta cuando me vean en la cancha». Tiene por referentes a Demichelis y Otamendi, al tiempo que admite que con Almeyda no tuvo muchas posibilidades. «La verdad, en las fiestas de Fin de Año no pensaba que iba a jugar el primer partido de verano. Estoy un poco ansioso, con ganas de responderle a la gente que confió en mí, empezando por Ramón.»

Con el pibe Martínez, River tuvo que salir a blindar a quien es considerado una de las joyas de las inferiores. El año pasado, los reclutadores de Arsenal de Inglaterra se le acercaron con una propuesta económica a su familia. River reaccionó con un contrato por tres años (el sueldo no es elevado) y la cesión del 20% del pase a la familia. Martínez, que todavía no había nacido cuando David Trezeguet ya había debutado en primera, jugaba al baby en Atlético Beccar. «Era N° 5, pero cuando llegué a River con 6 años, me fueron corriendo a la posición de enganche.» La camiseta que usará esta noche tiene destinatario: «Será para mi viejo, que me apoyó siempre. No se perdió ningún partido mío en las inferiores. Siempre me inculcó que sea humilde. Desde Buenos Aires están viniendo varios familiares para ver el partido».

En las comidas en la concentración, Martínez se sienta frente a Trezeguet: «Es una leyenda. Los más chicos escuchamos con atención sus consejos». Si bien es un debutante precoz, perdió una apuesta con su hermano basquetbolista, que se estrenó antes, con 15 años, en la primera de Social de Beccar. Compartió la 7» división con otros dos juveniles que prometen mucho, Giovanni Simeone (el hijo del Cholo) y Juan Kaprof, quienes quedaron fuera del grupo que Ramón trajo a la pretemporada. «Nos mandamos mensajes. Se pusieron contentos», agregó Martínez, que junto con Espíndola López, a falta de pelo, tiene la cabeza llena de ilusiones.

Por Claudio Mauri