Cada vez más parecidos a los ’90

Como en la Convertibilidad, el atraso cambiario está castigando al sector productivo, que en 2012 cayó 2%, y potenciando los servicios, que crecieron 3%, según la Fundación Ideal.
El 2012 fue para la economía de Mendoza un año de estancamiento y la confirmación de una vuelta al pasado como consecuencia del atraso cambiario. En este nuevo – viejo escenario, muy similar a lo que ocurrió en los ’90 con la Convertibilidad, la producción se ahoga por falta de competitividad, mientras que son los servicios los únicos que a duras penas logran salvar sus cuentas.

Según un informe de la Fundación Ideal, las tendencias económicas del año que se fue “denotan una economía provincial con un muy pobre crecimiento cercano al 0,6% en relación al 2011, con realidades disímiles para el sector productor de bienes, que decreció un 2%, y de servicios , que creció un 3%”.

El 2012 se caracterizó por, al menos, cuatro hechos que condicionaron de manera muy relevante al sector productivo local, advierten los economistas de la Fundación Ideal:

1- Un sector externo que achicó las oportunidades de generar nuevos negocios e incluso en algunos casos hubo inconvenientes para mantener mercados tradicionales.

2- Una asimetría insostenible entre tipo de cambio y los costos de producción que asfixia al sector exportador.

3- Regulaciones cada vez más discrecionales, imprevisibles y antipáticas para crear un clima “pronegocios” y expectativas favorables para la inversión.

4- Un significativo aumento en la presión tributaria provincial que impactó adversamente en el precio de los productos y en la competitividad local.

Atraso cambiario
Desde 2007 la inflación ha generado en Argentina impactos productivos y sociales difíciles de sostener a futuro. Entre diciembre de 2006 y diciembre de 2007, la inflación se aceleró del 10% al 25% interanual. A partir de entonces, se instaló en el país una inflación anual promedio superior a los 20 puntos y las expectativas inflacionarias se descontrolaron ante la inexistencia de índices confiables. En este sentido, Argentina ostentan el “logro” de ser el sexto país con mayor inflación del mundo en los últimos cincos años, según datos de la Fundación Mediterránea.

En este contexto, y ante la ausencia de una política antiinflacionaria consistente y persistente, el Gobierno intentó utilizar al tipo de cambio como principal ancla para prevenir un mayor descontrol en los precios. Prueba de ello es que entre 2007 y 2012 la inflación fue más de 4 veces mayor que la devaluación del tipo de cambio. En 2012 las brechas se acortan, pero el desajuste estructural continúa y ya socavó gran parte de la competitividad cambiaria preexistente.

El atraso cambiario consolidado en este año continuó encareciendo los bienes que se producen en Mendoza, redujo los márgenes del sector exportador y creó dificultades enormes para mantener los mercados externos y para consolidar el mercado interno. Esto golpeó principalmente al sector productivo, artífice del fuerte crecimiento experimentado por la economía de Mendoza entre 2003/2008.

Desde 2007, advierte el estudio de la Fundación Ideal, Mendoza ha perdido un 40% de competitividad cambiaria (medida por el Tipo de Cambio real Multilateral). Si se analizan sectores y rubros testigos, en 2012 la fruticultura, horticultura y agroindustria local tuvo aumentos en los precios internacionales de referencia muy inferiores al aumento en los costos laborales o a la inflación. En Mendoza, a diferencia de lo ocurrido con otros commodities exportados por Argentina como la soja, para la mayoría de los productos agropecuarios exportados por la provincia los precios internacionales no acompañaron este año la presión ascendente en los costos de producción.

Como resultado de este deterioro persistente en el poder de compra de los dólares que reciben los exportadores, algunas actividades han visto seriamente afectada su sostenibilidad, siendo la olivicultura y parte de la fruticultura algunas de las más comprometidas. En algunas de ellas, los riesgos de abandono productivo en algunas explotaciones se tornan cada vez mayores. Otro efecto de este deterioro son las estrategias ligadas a la reducción de costos como lo exhibe el sector vitivinícola con el aumento de las exportaciones a granel (en desmedro de vino fraccionado que genera mayor valor agregado, mayor actividad económica y mayor empleo).

En este contexto, el atraso cambiario vuelve a ser, como era en los ’90, el principal responsable de la caída del sector productivo – exportador de Mendoza, afectando el nivel de actividad económica de Mendoza y la generación de empleo.
mdzol.com