Cinco jugadores estadounidenses jugaban en la Argentina en calidad de «turistas» sin triubutar un solo peso. Fueron devueltos.
La información tuvo una escasa difusión este fin de semana y promete -en caso de que cunda en el ambiente político y no sólo quede como un dato periodístico- abrir una verdadera Caja de Pandora en el ambiente deportivo argentino.
Hasta ahora, se habló mucho de controles a las tranferencias de jugadores y dinero en el ámbito del fútbol. Pero lo ocurrido con cinco jugadores de básquet estadounidenses que juegan regularmente en la Argentina es la punta de un iceberg dentro de esa especialidad.
Llegaron al país para presentarse a jugar (vale decir, trabajar) en sus equipos, fueron frenados en los boxes de Migraciones en el aeropuerto internacional de Ezeiza y se les informó que no podían ingresar así no más, como «turistas».
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