Un hombre asesinó a tres personas dentro de una vivienda en el estado de Colorado y se defendió durante horas de la policía. Finalmente, terminó abatido por las fuerzas de seguridad.
Tres personas murieron ayer a manos de un hombre armado, que fue abatido por la policía y también falleció, tras varias horas de tiroteo en la ciudad Aurora, en el estado de Colorado de los Estados Unidos.
Aurora, de 325.000 habitantes y casi el 30 por ciento de latinos, es el mismo poblado donde un joven dispersó el terror en julio del año pasado al asesinar a 12 personas que asistían al estreno en un cine de la última película de Batman.
El suceso se produce, además, en pleno debate sobre las armas de fuego en Estados Unidos, acentuado tras la matanza de 20 niños en una escuela de Newtown menos de un mes atrás.
Tras casi seis horas de asedio policial con unos 40 agentes y fuerzas especiales, las autoridades informaron al canal de la NBC en Denver que encontraron cuatro cadáveres en la vivienda que tenían acordonada, uno de ellos el del supuesto tirador, sin que hayan facilitado más detalles sobre lo ocurrido. Otra persona, una mujer, consiguió escapar de la vivienda al comienzo del suceso y alertó a las fuerzas del orden, según las mismas fuentes.
Los agentes, que recibieron disparos desde el interior de la casa, llegaron a lanzar gases lacrimógenos hacia la vivienda, en la que se cree que el sospechoso mantenía como rehenes a las otras tres personas.
El asedio comenzó a las tres de la mañana hora local (las ocho en Argentina) y finalizó sobre las 8.30 (13.30 de aquí).
Hasta anoche no se habían revelado la identidad, edad de las víctimas y motivos del tiroteo, que se da en un momento en el que Estados Unidos debate sobre la limitación del acceso a las armas. Las tres víctimas, dos hombres y una mujer, fueron al parecer muertas antes de que entraran los agentes. Se desconocía si el sospechoso murió por los disparos de los agentes o si él se suicidó.
La portavoz de la policía, la sargento Cassidee Carlson, indicó que se cree que los fallecidos son familiares del hombre armado que desencadenó la situación.
Un negociador estuvo en contacto con el asaltante, aunque éste interrumpía las comunicaciones.
Aurora es la misma localidad cercana a Denver donde el 19 de julio pasado el joven James Holmes, de 24 años, mató a 12 personas e hirió a 58 más en una sala de cine, y que posteriormente tuvo a la policía en vilo al colocar trampas explosivas en su casa. Cuando todo era show y merchandising para el estreno de «Batman, el caballero de la noche asciende», la premier se convirtió en una tarde sangrienta. Holmes, arropado con la indumentaria del villano de turno, disparó a mansalva contra los sorprendidos espectadores.
Los sucesos ocurren apenas tres semanas después de que Adam Lanza, de 20 años, se suicidara tras asesinar a tiros a 20 niños y seis adultos en una escuela de primaria de Newtown (Connecticut), además de a su madre.
El suceso ha elevado en Estados Unidos el debate sobre el fácil acceso a las armas.
El país. Según encuestas de Gallup, el 69 por ciento de la población estadounidense confiesa haber disparado alguna vez y 47 por ciento reconoce que tiene un arma en su casa.
34 estadounidenses mueren cada día por disparos de armas de fuego, según los Alcaldes contra las Armas Ilegales.
300 millones de armas están en manos privadas, en una nación de 315 millones de habitantes.
73 por ciento de los estadounidenses se manifestó en contra de que se prohibiera la posesión de armas, en encuestas del año pasado.
Hay 58 mil tiendas para comprar armas en Estados Unidos, un número superior al de los cafés Starbucks en el mundo.
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