A cuatro años del asesinato de Nora Dalmasso, ocurrido en su chalé de Río Cuarto, el caso avanza firme hacia la impunidad. Hace 14 meses que el fiscal Javier Di Santo mantiene la causa completamente paralizada. El 23 de septiembre de 2009, las agentes de la Unidad de Ciencias del Comportamiento del FBI, Jennifer Eikin y Jodhy Kramer, recorrieron la casa de la víctima buscando alguna prueba. Desde ese día, el expediente no sumó ni una foja.
Mientras, Facundo Macarrón –hijo de Dalmasso– y Gastón Zárate –un pintor– siguen imputados por el asesinato, aunque por causas distintas y sin que haya ninguna conexión entre ambos. Sus abogados ya están trabajando para solicitar el sobreseimiento .
Tanto Marcelo Brito –defensor de Macarrón– como Enrique Zabala –defensor de Zárate– coinciden en criticar al fiscal Di Santo. Dicen que su única apuesta para resolver el caso es un análisis genético pedido al FBI que nunca termina de llegar.
Nora Dalmasso fue encontrada muerta por un vecino la tarde del domingo 26 de noviembre de 2006. Estaba desnuda, estrangulada y ahorcada con el cinto de su propia bata, acostada en la cama de su hija Valentina. Ese fin de semana, su esposo Marcelo Macarrón estaba disputando un torneo de golf en Punta del Este, Uruguay. Su hija estaba en Estados Unidos en un intercambio estudiantil y Facundo en Córdoba, estudiando Abogacía.
Con una investigación deficiente desde sus inicios –la escena del crimen fue contaminada por cincuenta personas antes de ser precintada–, Di Santo decidió darle cabida al FBI norteamericano en abril de 2008. El fiscal envió a los Estados Unidos muestras con restos genéticos colectadas en la habitación donde fue encontrada Dalmasso. Con esas muestras, el FBI debía identificar al asesino . Pero en Córdoba siguen esperando.
Facundo Macarrón terminó de cursar Abogacía este año en la Universidad Católica de Córdoba (UCC), con un promedio de 9,32. El fiscal le permitió viajar a Colombia a disertar sobre Derecho Internacional. El abogado Brito ya le solicitó a Di Santo que exija al FBI la pronta remisión de los análisis genéticos. Luego solicitará el sobreseimiento del joven.
El pintor Zárate tuvo tres hijos, es fletero y vive de trabajos como pintor y electricista. Su defensor, Enrique Zabala, evalúa solicitar su sobreseimiento en los próximos días. Pero tampoco apretará el acelerador. Cada día que su defendido permanece en este limbo significa más dinero a reclamarle al Estado.
Fuente: Clarín