Secretario de Thatcher pidió a Cancillería analizar consecuencias de una medida así. EE.UU. estuvo a punto de filtrar datos ingleses a Argentina, para mostrarse neutral.El gobierno británico acaba de desclasificar una serie de documentos que permanecían secretos sobre la Guerra de Malvinas, más de 30 años después de que concluyera ese conflicto bélico. Y el dato saliente es que al menos tres de esos documentos, según consignó ayer el diario Financial Times , se refieren a eventuales ataques a la Argentina continental, que se evaluaron en los ámbitos de decisión gubernamental británicos en aquel entonces.
El primero de ellos revela que John Coles, secretario privado de Thatcher, le pidió a la Cancillería que buscara información de inteligencia e indagara qué reacciones provocaría Gran Bretaña si tomaba “pasos nuevos y dramáticos” como un bombardeo a la Argentina continental. No obstante, aclaraba también que la primera ministra no estaba pensando en eso.
Otra nota, del 2 de mayo de 1982, mencionaba eventuales objetivos continentales e incluso la posibilidad de concretar aterrizajes en la Patagonia, aunque advertía que cualquier medida de ese tipo dañaría “gravemente” el respaldo a Gran Bretaña.
El tercero de los documentos citados por el Financial Times fue emitido el 11 de mayo de 1982 por el Ministerio de Defensa.
Ese texto analizaba la posibilidad de atacar aeropuertos militares argentinos, pero destacaba que, para inutilizarlos, haría falta un bombardeo muy grande y, al mismo tiempo, “un muy alto grado de precisión” para evitar víctimas civiles.
Más de tres décadas después de finalizada la Guerra de Malvinas, la desclasificación de archivos sigue revelando sorpresas también respecto de la actitud que asumieron terceros países en ese conflicto.
Según uno de los documentos que hizo públicos el gobierno británico, Estados Unidos estuvo a punto de anticipar a la Argentina una estratégica maniobra militar británica para mostrar que era neutral en el conflicto bélico y presentarse como un tercero imparcial en una eventual negociación.
La propuesta, según el diario británico The Telegraph , había sido esbozada por el entonces secretario de Estado Norteamericano, Alexander Haigh, quien pretendía informarle a la Junta Militar que encabezaba Leopoldo Galtieri que, pasada la mitad de abril de 1982, los británicos se disponían a atacar y recuperar el control de las Georgias del Sur.
Estados Unidos. Una de las preocupaciones norteamericanas en el conflicto era que su relación con Gran Bretaña complicara el vínculo con América latina. Por eso, y para actuar como tercero imparcial en las negociaciones que eventualmente pudieran realizarse al terminar la guerra, le interesaba mostrarse como un jugador neutral.
Pero el aviso podría haber tenido un efecto devastador en la estrategia militar británica y el embajador inglés en Washington, Nicholas Henderson, a quien el propio Haigh le había comentado su idea, pidió garantías de que no se diera esa información a la dictadura, según el cable desclasificado.
En el mensaje, Henderson explicaba que Haigh planeaba decir que Estados Unidos sabía de la maniobra británica por sus propias fuentes de inteligencia y que daría el aviso a la Argentina lo suficientemente tarde como para que no implicara una amenaza militar a las tropas inglesas.
Pero, según el Telegraph, cualquier aviso habría sido desastroso para Gran Bretaña, que, entre otras cosas, no estaba al tanto de la presencia en esa zona del submarino Santa Fe.
El embajador también escribió que rechazó contundentemente la propuesta. “Sería tomada extremadamente mal en Londres porque va mucho más allá de lo que requiere una negociación neutral (…) Los argentinos podrían usar esa información de inteligencia a su favor contra nuestras fuerzas”, expresó Henderson. “Dije que debía insistir más allá de cualquier duda en que ellos no darían aviso a los argentinos. Y Haigh me aseguró plenamente” que así sería, añadió.
De todos modos, según el Telegraph , el canciller Francis Pym le pidió por las dudas al diplomático que fuera impreciso sobre el momento de la operación en las Georgias.
Sorpresa y reacción de “la Dama de Hierro”
Una estupidez. “Jamás pensé que Argentina invadiría directamente las Malvinas. Fue una acción tan estúpida”, declaró Thatcher a una comisión investigadora británica sobre las Malvinas en octubre de 1982, cuatro meses después de la guerra.
Anticipo. El 31 de marzo de 1982, dos días antes de la denominada Operación Rosario, Thatcher fue informada por los servicios secretos británicos de la inminente acción dispuesta por la Junta Militar: “Fue el peor día de mi vida”, dijo. “Aquella noche nadie pudo decirme cómo podríamos recuperar las Malvinas. Nadie. No lo sabíamos”, enfatizó.
Presión. Los archivos también revelan un telegrama que Thatcher envió a su par francés, François Mitterrand, para evitar que París vendiera misiles Exocet a Perú, que podían llegar luego a Argentina
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