Un test de alcoholemia en boliches era voluntario y al 13% le dio positivo

En dos distritos del Gran Buenos Aires estrenaron el último fin de semana una prueba piloto para evitar el ingreso de personas alcoholizadas a los boliches. Entre 600 voluntarios que realizaron un test de alcoholemia, 80 no lo pasaron y se quedaron afuera de estos locales de diversión nocturna.

El “semáforo preventivo” es una iniciativa de la Asociación Empresaria Hotelera Gastronómica de la Industria del Turismo (ASEN) y tiene la asistencia sanitaria de especialistas en Adicciones del Ministerio de Salud bonaerense. La medida, que en una primera etapa se aplicó en boliches de San Martín y Lomas de Zamora (Temperley), está prevista que se extienda a todos los locales nocturnos que venden bebidas alcohólicas.

El “semáforo” instalado en las puertas de los locales bailables tiene dos opciones para quienes acceden voluntariamente a participar de la prueba: si se enciende la luz roja deben pasar por el test de alcoholemia (idéntico al que se realiza a los conductores de vehículos) sin vuelta atrás. En cambio, si les toca la verde pueden ingresar directamente.

En los puestos sanitarios que se instalaron el fin de semana en los boliches Chankanab y Roskos, entre las 12.30 y las dos de la madrugada, el “semáforo” rojo recayó en 600 clientes que accedieron a la prueba piloto. En el 13 % de esos casos, el resultado fue positivo, o sea que superaron los 0,5 gramos por litro de sangre y por ello no pudieron entrar para continuar con la diversión.

Tiene, entre otros objetivos, desalentar el consumo excesivo de alcohol en los jóvenes, que “muchas veces deriva en situaciones de violencia o accidentes”, según admitieron en la cartera sanitaria bonaerense. Además, mediante esta estrategia intentan persuadir sobre las “previas”, es decir, las reuniones que se realizan en viviendas particulares para consumir alcohol antes de ir a los boliches, una modalidad habitual entre los más jóvenes.

La aplicación del “semáforo” de alcoholemia se suma a otras medidas dispuestas por el Ministerio de Salud provincial contra el abuso de alcohol: desde fines de octubre y hasta las primeras semanas de diciembre, se realizaron 300 inspecciones en fiestas estudiantiles organizadas por la finalización del secundario. En 14 celebraciones hubo clausuras porque se detectaron menores de edad consumiendo alcohol y se secuestraron 6.500 botellas de bebidas, según datos del Registro Provincial para la Comercialización de Bebidas Alcohólicas (REBA).

Fuente: Clarìn