El caso ocurrió en el año 2010 en la provincia de San Luis y por el hecho los integrantes de la Cámara del Crimen 2, por unanimidad, sentenció a la máxima pena a Miguel Angel Riquelme y a Alejandra Videla.
Una pareja fue condenada ayer a prisión perpetua en San Luis por haber torturado y matado en 2010 a la niña de cuatro años Guadalupe Di Falco, en tanto que la madre de la pequeña, que estaba acusada de abandono de persona, fue absuelta.
El fallo fue dictado esta tarde por la Cámara del Crimen 2, que sentenció a la pena máxima a Miguel Angel Riquelme (47) y a Alejandra Videla (32), cuidadores de la nena, y absolvió a su madre, Débora Di Falco (23).
Por unanimidad, el tribunal integrado por los jueces Hugo Saá Petrino, Gustavo Mirando Folch y Fernando De Viana consideró que el matrimonio actuó con «ensañamiento y alevosía» y los condenó a purgar la pena en una cárcel el Servicio Penitenciario Provincial.
Los magistrados no coincidieron con el fiscal en la acusación contra la madre de la niña, que murió a causa de los maltratos infringidos por la pareja, por lo que terminó absuelta de culpa y cargo.
En el caso de Riquelme, el tribunal lo encontró culpable de «homicidio doblemente calificado, agravado por ensañamiento y alevosía» y a Videla le enrostró homicidio en calidad de coautora.
En el fallo, los jueces también le pidieron a la justicia mendocina que investigue la posible responsabilidad penal de Graciela Di Falco, madre de Débora, y la de Humberto Muñiz, padre biológico de Guadalupe, porque podrían haber violado a la niña.
También pidieron profundizar la investigación por conductas reiteradas de Julieta Trentacoste y Héctor Martínez, la pareja que vivió un tiempo con Riquelme y Videla, “ante la posible responsabilidad penal en la ocurrencia del hecho”.
Guadalupe fue encontrada asesinada el 12 de septiembre de 2010 con signos de haber sido ferozmente golpeada y torturada en forma reiterada en una casa de Los Inmigrantes al 1500, en la ciudad de San Luis.
La pareja que vivía allí con sus seis hijos fue detenida y según contó por entonces Riquelme, la madre de la nena ejercía la prostitución, era drogadicta y se había ido de su casa, donde alquilaba una habitación.
De acuerdo con el acusado, Di Falco se llevó a otra hija y dejó abandonada a Guadalupe, que finalmente fue hallada asesinada.
Según la autopsia, la nena estaba desnutrida, llevaba 24 horas sin comer, tenía sarna y murió por los golpes que tenía en la cabeza.
Además, le arrancaron cabellos, tenía hematomas, rasguños y quemaduras en varias partes del cuerpo, incluso dentro de las fosas nasales.
Débora y sus dos hijas vivieron con la pareja condenada desde que abandonaron su ciudad de origen, Mendoza.
La joven trabajaba como prostituta y para la mantención de sus hijas, entregaba una suma de dinero diaria a Riquelme, según declaró en el juicio.
Ante el Tribunal, De Falco afirmó que, cuando llegó a San Luis, embarazada y con la pequeña Guadalupe con escasos tres años, comenzó a prostituirse para sobrevivir y relató una dura historia de vida en su niñez, llena de abandonos y abusos.
Hasta que nació su nueva hija, cuyo paradero fue objeto también de investigación en la causa, trascendió que la joven mujer habría ejercido la prostitución estando embarazada.
También se conoció que luego de que Guadalupe tuvo una hermanita, su madre se las dejó a Riquelme y a Videla para que las cuidaran mientras ella trabajaba en un cabaret, hecho que culminó con la muerte de la pequeña.
Fuente: Online-911