El ministro de Planificación volvió a plantear la hipótesis de un sabotaje por el apagón que provocó un caos en la Capital el 7 de noviembre pasado durante una visita a la planta Atucha II.
El ministro de Planificación Julio De Vido ratificó este viernes que el apagón de noviembre fue un «sabojate». A su vez, garatizó el normal suministro eléctrico en el verano durante una visita a la central nucleoeléctrica Atucha II en la localidad bonaerense de Lima.
En declaraciones a C5N, el ministro afirmó que «se ve claramente que algún elemento metálico hizo un cortocircuito en las dos líneas paralelas que comunican la Ciudad de la Plata con Buenos Aires».
Luego del apagón que se produjo en noviembre y afectó a alrededor de 850.000 usuarios del área metropolitana. el secretario general del gremio de Luz y Fuerza, Oscar Lescano, afirmó que fue un accidente generado por la caída de un árbol.
Según De Vido, «el árbol existió pero lo único que hizo fue descargar a tierra una de las boleadoras o de los elementos metálicos que tiraron sobre la línea y por eso se incendió. El árbol no fue el que produjo el corte sino que fue afectado por él».
Consultado por el suministro eléctrico durante el verano, el funcionario aseguró que “estamos preparados para ofrecer los volúmenes que el sistema demanda, aunque según las condiciones climáticas pueden haber problemas en la distribución”.
«Los días de temperaturas extremas puede haber algún nivel mayor de corte producto de problemas que pudieran exisitir en la distribución», afirmó. Y aclaró que «hemos lanzando hace aproxiamadamente un mes un plan que consisitió en poner una crifa por cada consumidor eléctrico fundamentalmente en el área metropolitana» para evitar interrumpciones en el servicio.
«Somos muy optimistas y el nivel de corte se va a reducir drásticamente si no se producen situaciones como la del atentado que hubo días pasados, que fue investigado por el juez Oyarbide», sostuvo De Vido.
Atucha II comenzó a construirse en 1981 y con altibajos llegó a 1994, cuando el proceso de privatización del sector nuclear llevado adelante por el Gobierno del ex presidente Carlos Menem, la paralizó en forma total.
Las obras recién se retomaron en 2006 como parte del Plan Nuclear Argentino, que impulso y puso en ejecución el entonces presidente Néstor Kirchner, para la terminación de la central y el desarrollo de nuevos proyectos nucleares. Se dispuso entonces una inversión de más de 11.000 millones de pesos para terminar y poner en servicio Atucha II.
Cuando la planta esté completa, normal y operativa, se retirará el agua liviana del sistema, se procederá a su secado y se la cargará con agua pesada producida en Arroyito. Con esto se levanta su temperatura a 313 grados y 110 kilos de presión, lo que dará comienzo a la generación de vapor.
Atucha II, que tiene una potencia instalada de 745 MW, «comenzaría así, a partir de junio – julio de 2013, a cargar progresivamente unos 692 megavatios al Sistema Interconectado Nacional», había dicho el director del proyecto de finalización de la central y vicepresidente de Nucleoeléctrica Argentina (NA-SA), José Luis Antúnez.
El ingreso de la energía generada por esta planta ahorrará al país el consumo de 1.200 millones de metros cúbicos de gas natural por año (consumo actual), y permitirá evitar la emisión a la atmósfera de 3,5 millones de toneladas de carbono por año.
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