Desplazan a Moreno de la relación con Brasil

Más allá de los resultados que puedan surgir a futuro de la reunión bilateral que las presidentas Cristina Kirchner y Dilma Rousseff mantuvieron el viernes en Brasilia, hay un dato significativo de ese encuentro que no pasó inadvertido: el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, fue el gran desplazado de las reuniones de trabajo.

Y en el análisis de los equipos ministeriales quedó en claro que el funcionario es «la gran piedra en el zapato» que existió en la zigzagueante relación comercial de la Argentina y Brasil.

Durante el encuentro que se hizo en la residencia presidencial La Alvorada, en las afueras de Brasilia, hubo reiteradas quejas de los funcionarios brasileños respecto de las trabas a las importaciones en la Argentina y las formas en la política comercial. Todos las miradas apuntaban a Moreno, aunque no lo decían abiertamente. En las salas de reunión, a las que ingresaban por turnos los ministros de diferentes áreas de gobierno, nunca ingresó Moreno. Tampoco se escucharon buenos comentarios del funcionario todoterreno del kirchnerismo en el foro de empresarios del Mercosur que pocas horas antes se había hecho en el Hotel Royal Tulip y que reunió a ejecutivos de más de 300 compañías de la Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay.

«El gesto de Cristina y Dilma de reunirse con los ministros y establecer una agenda bilateral de trabajo hacia adelante para establecer políticas comunes a largo plazo tiene que ser leído como una señal de alerta para Moreno», reflexionó ante LA NACION un destacado funcionario de la Cancillería argentina que participó de las reuniones.

Del lado de Itamaraty, también se dejó en claro que la bilateral sirvió para limar asperezas y despejar los nubarrones que en el último año sembró Moreno con su decisión de frenar los camiones brasileños en la frontera cuando intentaban ingresar con mercadería.

En la reunión de trabajo estuvieron del lado argentino los ministros de Planificación, Julio De Vido; de Economía, Hernán Lorenzino; de Producción, Débora Giorgi, y de Ciencia, Lino Barañao, entre otros. Moreno sólo pudo enviar al encuentro con las presidentas a su álter ego, la secretaria de Comercio Exterior, Beatriz Paglieri. Pero durante buena parte de su estancia en La Alvorada y en la cumbre de presidentes del Mercosur se mantuvo alejado de la comitiva y haciendo llamadas a Buenos Aires.

Tres empresarios argentinos que formaron parte del foro del Mercosur ratificaron que el desplazamiento de Moreno no fue casual: «Tanto en el gobierno argentino como en el de Brasil se dieron cuenta de que Moreno es uno de los mayores problemas para la integración bilateral», dijo uno de ellos a LA NACION.

¿Existirá en la Casa Rosada un funcionario de amplia llegada a la Presidenta que pueda reemplazar el trabajo de Moreno? Hasta ahora no hay respuestas para estos interrogantes. Sólo dudas y la señal de alerta de un Moreno desplazado en una reunión bilateral clave.

Un allegado al secretario de Comercio ayer desechó de plano las especulaciones posibles sobre una decisión presidencial de alejar a Moreno de las decisiones comerciales con Brasil. «Guillermo tiene la mejor relación con los empresarios de San Pablo, que son los más poderosos de Brasil, ya lo demostró en reuniones que mantuvo recientemente y eso es algo que la Presidenta sabe», explicó. Se refería así a la pulseada que hay entre la Federación de empresarios paolistas, que comulga con Moreno, y la Confederación Nacional Industrial, que tiene muy buena llegada con el presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), José Ignacio de Mendiguren, y cuestiona la habitual descortesía del secretario de Comercio.

El presidente de la UIA no quiso hacer futurología, aunque ayer reflexionó ante LA NACION: «Luego de dos reuniones bilaterales que alentamos muy de cerca queda en claro que la decisión de armar reuniones de trabajo entre ministros puede dar buenos resultados y despejar los nubarrones que había hasta ahora».

Tras la reunión en La Alvorada quedó una larga lista de temas por resolver en materia energética, obras de infraestructura y comercio.

El gran reto ahora es saber si Moreno tendrá tanta incidencia en la relación con Brasil como para no tirar por la borda todo lo que se avanzó en Brasilia.

SECRETARIO BAJO TORMENTA

Guillermo Moreno
Secretario de Comercio Interior

Fuera de juego
No participó de las reuniones bilaterales entre la Argentina y Brasil, pese a que viajó con la comitiva. Hubo quejas sobre él de los funcionarios brasileños
La relación entre la Argentina y Brasil atravesó en el último año momentos de tensión por las trabas al comercio, que se atribuyen a la gestión de Moreno. En las últimas semanas, Cristina Kirchner y Dilma Rousseff se reunieron dos veces, una en cada país, para despejar los problemas comerciales.

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