El día del juicio se retrasaba y, finalmente, la hora de la muerte se le ha adelantado. Samuel Kunz, de 89 años, estaba acusado de la muerte de 430.000 personas de origen hebreo y ocupaba por ello el ominoso tercer puesto en la lista de presuntos criminales más buscados por cuenta del holocausto, acaecido entre 1942 y 1945.
La causa ha sido archivada por deceso del inculpado. Había sido abierta en julio por la Fiscalía Regional de Bonn, que presentó cargos de asesinato a resultas de informaciones emanadas del juicio, en Múnich, contra el también anciano guardia de prisioneros en Sobibor, John Demjanjuk.
El tribunal de Bonn (Renania) tenía previsto haber abierto el juicio contra Kunz semanas atrás; la fecha hubo de posponerse, en espera de informes solicitados a la Oficina de Investigación de Crímenes de Guerra del Nacional-Socialismo, en Dortmund. Kunz ha fallecido, según indicios preliminares, en su propia casa.
Encaraba cargos de responsabilidad directa en el asesinato de diez prisioneros judíos y complicidad en el exterminio de al menos otros 430.000. Los hechos tuvieron lugar durante su tiempo de servicio como guardia en el campo de Belzec, entre enero de 1942 y julio de 1943, en la Polonia entonces ocupada.
La fiscalía cree que Kunz habría estado «implicado en todo el proceso» de represión y exterminio. Éste había negado toda implicación. El juicio iba a abrirse finalmente a principios de 2011 y, el súbito fallecimiento, ha sido calificado como «frustrante» por el director del Centro Simon Wiesenthal, Efraim Zuroff, aun felicitándose de que «al menos fuese encausado… ya supone un algo de justicia». Kunz, como otros, había pasado desapercibido por el desinterés de la justicia alemana por responsables de bajo rango, dado el número de ciudadanos que entonces participaron en el aparato represor.
Fuente: ABC