En Sidney (Australia) se dieron los primeros cacerolazos en contra del gobierno de Cristina Fernández. Luego, le sucedieron Barcelona (España), Roma (Italia) y París (Francia).
La convocatoria se anuncia en otra decena de países: Japón, Israel, Austria, Alemania (en varias ciudades), Dinamarca, Suecia, Estados Unidos (en seis estados), México, Canadá, Panamá, Venezuela, Colombia, Brasil, Paraguay, Chile y Uruguay (en Montevideo).
La protesta, denominada 8-N, pide realizar una nueva concentración masiva en las calles de las principales ciudades. Los organizadores lanzaron un video, a modo de spot, en el que señalan que las consignas de la protesta son: «no más corrupción», «no más prepotencia», «no más odios», «no más divisiones». Los motivos de la convocatoria son acompañados por imágenes de archivo de la presidenta Cristina Fernández y del último cacerolazo.
«Nos unimos a la protesta desde acá. No estamos bajo ninguna bandera política, queremos defender la libertad de expresión y la democracia», manifestó Eugenia en Sidney, en declaraciones.
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