De a poco los evacuados retornan a sus casas. Sin embargo, los daños son inconmensurables. Los vecinos lidian con el barro y la suciedad.
Tras una semana caótica en Luján por la peor inundación que afronta la ciudad desde 1985, las aguas comenzaron a bajar y de a poco los evacuados retornan a sus casas. Sin embargo, los daños son inconmensurables. Mientras los bomberos desinfectan las calles y las cuadrillas municipales limpian distintas regiones, los vecinos lidian con el barro y la suciedad.
En Capital, la Fundación Sí pidió donar agua envasada, pañales, leche y frazadas para las personas afectadas por el temporal. Las donaciones se reciben entre las 10 y las 19 en Carranza 1962, Palermo.
Fuente: La Razón