La Organización del Tratado del Atlántico Norte enfrenta la creciente ansiedad en Europa por esa guerra y renovadas críticas del presidente afgano Hamid Karzai
Se espera que la OTAN fije el 2014 como plazo para entregarle a los afganos la responsabilidad de la seguridad en su país durante una cumbre que inicia aquí el viernes, en momentos en que ha menguado el deseo del organismo internacional de seguir allí tras nueve años de ese conflicto.
Además, la Organización del Tratado del Atlántico Norte enfrenta la creciente ansiedad en Europa por esa guerra y renovadas críticas del presidente afgano Hamid Karzai, destacó AP.
Los aliados parecen concordar que es realista fijarse ese año como meta, pero ello difícilmente significa que la guerra esté terminando. Estados Unidos en especial busca evitar dar la impresión de que el objetivo original de la invasión a Afganistán en el 2001 -denegar a al-Qaida una base desde la cual lanzar más ataques terroristas a Occidente- será conseguido para entonces.
Así, la OTAN planea comprometerse a una cooperación perdurable con Afganistán durante la reunión de dos días en Lisboa, al tiempo que reconoce errores pasados.
«Pienso que, viéndolo en retrospectiva, subestimanos el desafío y nuestra operación en Afganistán no tuvo los recursos suficientes, y sí, eso fue un error», reconoció el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, en declaraciones a la emisora Renascenca, de Portugal, transmitidas el jueves mientras líderes de los 28 países miembros del organismo se dirigían a Lisboa.
«Ahora estamos en el camino correcto y es por eso que estoy muy optimista sobre nuestra operación en Afganistán y haremos un anuncio positivo en Lisboa: que la transferencia (de la responsabilidad por la seguridad) está por comenzar», agregó Fogh.
La intensificada guerra ha dado a la OTAN su mayor reto desde que fue formada hace 61 años. Pero la victoria está lejos de estar asegurada, y una salida apresurada minaría seriamente la confianza en la alianza a ambos lados del Atlántico.
De por sí, algunos aliados cruciales han manifestado públicamente su preocupación en el sentido de que la fuerza militar no es el mejor camino para colocar a Afganistán en la ruta de la estabilidad.
El nuevo ministro de Defensa de Francia, Alain Juppé, dijo el miércoles en una entrevista de radio que Afganistán es una «trampa» para las tropas aliadas. Agregó, sin embargo, que las fuerzas francesas no se retirarán completamente hasta que «las autoridades afganas tengan controlada la situación»
Algunos analistas ven un escenario más sombrío.
«El éxito en Afganistán es casi imposible», comentó Shmuel Bar, un director del Instituto de Política y Estrategia, en Herzliya, Israel. «Si la OTAN está condicionando su futuro a la victoria en Afganistán, no están viviendo en el mundo real. Todo lo que pueden esperar lograr son algunas metas limitadas, como evitar que la guerra se extienda a Pakistán», subrayó.
Fuente: eluniversal.com