Que cada argentino tenga una acción (o más) de la petrolera YPF. Que cada argentino sea dueño, en una infinitésima parte de la compañía. Que cada argentino pueda, incluso, comprar la acción de YPF en una estación de servicio, en un kiosco, arriba del colectivo, en una cancha de fútbol. Éste es el plan que atesoran –virgen–, propios y extraños, como si se tratara de una perla, un as guardado pacientemente debajo de la manga, en un intento por hacer de la compañía insignia del país, la acción emblema del mercado de capitales doméstico; un mercado que ha dado muestras de vida a partir del nuevo escenario financiero que dibujó la guerra de divisas y la devaluación del dólar y que con el empujón que significó reestructurar la deuda y comenzar a negociar con el Club de París, podría quedar a tiro de los grandes fondos de inversión.
Ayer, este plan, avanzó un casillero. La operación realizada en Nueva York por la cual Repsol vendió 0,6% del paquete de YPF (ver pág. 18) fue la confirmación que se necesitaba en el mercado financiero sobre las intenciones del grupo controlante. El plan original de colocar hasta 30% del capital social de la compañía de bandera argentina, que estuvo a punto de concretarse hace unos años pero se vio interrumpido por la crisis que afectó a Estados Unidos y Europa, se encuentra ahora más vigente que nunca, en un escenario donde los mercados emergentes son el refugio elegido para protegerse de la devaluación del dólar y la asfixiante economía europea.
Este esquema incluye un dato no menor: podría hacerse un “split”, que implicaría para los ahorristas locales, la posibilidad de poder comprar la acción de la empresa a menor valor del actual (y por un menor porcentaje de capital). Así, en lugar de pagar los $ 164,50, podrían adquirirse por $ 80 o menos. Cuanto menor valor para la acción, mayor posibilidad de distribución.
Así, el escenario actual deja planteadas las bases para conseguir el objetivo de la petrolera de dar acceso a los pequeños inversores a su participación en YPF y bajarla del 83% actual al 53%, tal y como explicó Miguel Martínez, el director de operaciones de la compañía en la conferencia de analistas para presentar los resultados, lo que puede suponer cerca de u$s 4.900 millones.
Los antecedentes de YPF ayudan: si bien hasta ayer la empresa cotizaba sólo el 0,5% de sus acciones, con la operación neoyorquina se llegó al 1,1% aproximadamente. Son acciones en formato ADR, que cotizaron alguna vez y que ahora han sido nuevamente “volcadas” al mercado por mandato de la Comisión de Valores (SEC) para hacer el pase de manos.
YPF tiene cotización habilitada en Buenos Aires y Nueva York. Y muy pronto, también la tendrá en el Latibex de Madrid. Esto le facilita el camino para regresar al mercado de capitales en forma muy rápida. En rigor, en los 70, la compañía había puesto a flotar el 50% de sus acciones. Después vino Repsol, compró alrededor del 20% y puso una oferta difícil de resistir al resto del mercado y las provincias. Quedó con más del 99%.
Ahora, pasado ya algunos años, la cúpula de Repsol lo dijo: “queremos una YPF más argentina, menos española”. Por eso –y porque se necesitan miles de millones de dólares para seguir siendo socio estratégico de una de las empresas de mayor capitalización del mundo como es Petrobrás, en Brasil– en la compañía aceleran los planes para salir al mercado. El lugar elegido es Argentina. Pero también será clave Nueva York para garantizar la colocación.
Hoy Repsol YPF controla YPF mediante una participación directa e indirecta de hasta 83,5% (aprox), mientras que Petersen Energía S.A. (PESA) y sus sociedades afiliadas ejercen influencia significativa mediante una tenencia del 15,46% del capital de la Sociedad. Adicionalmente, Repsol YPF otorgó a ciertas personas afiliadas de PESA una opción de compra, con vencimiento el 21 de febrero de 2012, para adquirir hasta un 10% adicional del capital accionario de YPF en poder de Repsol YPF.
Con referencia a la salida a bolsa, para el mercado, existen dos lecturas. Por un lado, tomando el valor de la compañía en bolsa, el valor de YPF está, en algunos casos incluso por encima que sus pares internacionales. Sin embargo hay quienes ponen en duda el verdadero precio de la compañía pues con sólo el 0,5% cotizando, no ven bien la posibilidad de que los negocios (pocos) que se hacen con la acción le fijen un precio ajustado al papel.
Fuente: cronista