Condenan a ladrón por huellas dejadas en una botella de gaseosa

Había protagonizado un violento asalto a una anciana de 80 años. Las impresiones digitales que dejó se convirtieron en la principal prueba que lo incriminó como autor del hecho.

Un hombre que fue detenido porque al cometer un violento asalto a la casa de una anciana de 80 años en la ciudad bonaerense de Miramar dejó impresas sus huellas digitales en una botella al tomar gaseosa fue condenado este miércoles a 10 años de prisión, informaron fuentes judiciales.

El Tribunal Oral Criminal 2 de Mar del Plata, integrado unipersonalmente por el juez Néstor Jesús Conti, condenó a Horacio Rubén Pérez, quien quedó detenido en la misma sala de audiencias, ya que había llegado a juicio en libertad por orden de la jueza de Garantías interviniente en la instrucción de la causa.

El hecho, por el que deberá cumplir condena en el penal de Batán, se registró el 3 de enero último, cerca de las 7.30, cuando Pérez, junto a dos adolescentes, ingresó a una propiedad ubicada en avenida del Durazno entre las calles 7 de abril y De Todos los Santos, en el Barrio Parque de Miramar.

La dueña de la casa, advertida por los ladridos de su perro, desconectó la alarma y al salir para ver lo que sucedía fue atacada por los delincuentes, que la empujaron violentamente hacia el interior de la finca.

Uno de los agresores la golpeó con un caño de metal que portaba, a modo de arma, fracturándole uno de sus brazos, mientras que sus acompañantes ingresaron a la vivienda esgrimiendo armas de fuego y a los gritos y redujeron al resto de moradores que aún dormían.

Uno de los soprendidos resultó lesionado en la cabeza tras recibir un “culatazo” en la cabeza, por lo que luego le aplicaron varios puntos de sutura en el hospital municipal.

Una vez reducidos todos los ocupantes de la casa los ladrones revisaron la residencia y se apoderaron de varios objetos de valor, un arma de fuego, propiedad del dueño de la vivienda, y dinero en efectivo.

Según consta en la causa, entre el calor del día y la adrenalina por el robo, Pérez sintió sed y se dirigió a la heladera para tomar de una botella de gaseosa, en la que dejó estampadas sus huellas digitales, que se convirtieron en la principal prueba que lo incriminó como autor del hecho.

Fuente: 26noticias