El ministro de Agricultura de China, Han Changfu, el funcionario que maneja los hilos de los negocios del gigante asiático y también decide el intercambio comercial con las naciones del mundo, realizó una extensa actividad, incluida la reunión con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y el encuentro con más de doscientos empresarios en la Bolsa de Comercio de Rosario.
Fuente: diarionorte
Visita trascendente
La visita es trascendente porque ese país se está convirtiendo —por la gran cantidad de población y su peso en el comercio mundial— en la primera potencia económica del mundo. Hace una década nadie creía en el potencial ni en la reacción China, y hoy decide —por la importancia de su consumo— el ritmo del comercio internacional.
El mundo padece hoy varias crisis que están haciendo tambalear a los países más poderosos en cuanto a estructura económica y financiera. Dentro de ese marco se encuentran también los países emergentes, que tienen otra clase de problemas —tal vez más importantes que el dinero—, que es sobrevivir dignamente y, a la vez, cuidar los recursos naturales, que se convierten cada vez más en patrimonio universal.
Los alimentos y su producción se han convertido en estratégicos, y China, un país que programa su accionar de aquí a cien años (lo que tendríamos que aprender los argentinos), mira a los gigantes, como Argentina y Brasil, para obtener esos recursos imprescindibles para su población.
Por ese intercambio es que está el ministro de Agricultura chino en el país. Un gigante visita a otro gigante para ponerse de acuerdo y negociar estrategias.
¿Por qué somos un gigante? Porque Argentina es el tercer proveedor de productos agrícolas de China, después de Estados Unidos y Brasil. A la vez, somos el primer proveedor de aceite de soja y de girasol, segundo de carne aviar, tercero de poroto de soja, jugo de uva y frutillas congeladas, y cuarto de tabaco.
El entusiasmo nacional
El ministro de Agricultura de nuestro país Julián Domínguez se mostró impactado y entusiasmado después de las primeras conversaciones. “Por nuestro nivel de desarrollo agrícola, estamos en condiciones de cooperar con China en temas que le permitan alcanzar sus objetivos estratégicos de producción para garantizar sus niveles de autosuficiencia alimentaria”, expresó Domínguez. Estas acciones de cooperación permitirán generar oportunidades de inversiones en sectores como biotecnología, siembra directa, genética animal, control y erradicación de plagas, enfermedades animales y vegetales.
“Debemos aprovechar las posibilidades que nos ofrece el mundo, por eso tenemos que alcanzar el pleno desarrollo productivo de las economías regionales, que son el motor de la cadena agroalimentaria”, expresó. Cabe destacar que las exportaciones argentinas a China crecieron este año un 57% respecto del año anterior, con un total exportado hasta septiembre de U$S 5.143 millones. Entre los principales rubros se destacan porotos de soja, carne de aves, cueros vacunos y aceite de maní.
En cuanto a China, nuestro país necesita traer inversiones que los asiáticos. En ese intercambio, podría contribuir en sectores prioritarios, como biocombustibles, adaptación de productos para el mercado chino y procesamiento de productos, entre otros. Además, mejorar nuestras vías navegables, puertos y ferrocarriles, entre otros rubros.
El Chaco, incluido
El embajador de China en Argentina estuvo visitando la región y el Chaco en particular, y no fue una visita de turismo, como hicieron muchos embajadores. Además de entrevistarse con los funcionarios, interesarse en el Belgrano Cargas y otras necesidades chaqueñas, se interesó en los niveles de producción a futuro en esta provincia, como tabaco, algodón, soja, carne. Y la potencialidad que podría desarrollar en el mediano y largo plazo. En ese sentido, se puede abrir la cooperación en materia hídrica, caminos y otros rubros a los que el Chaco no tiene acceso por sus altos costos. Lo importante es que, en esa visión integradora, la provincia puede tener su oportunidad, siempre y cuando ofrezcamos seguridad en cuanto a producción con calidad y continuidad.
Los beneficios
Que China intente realizar convenios con Argentina puede convertirse en beneficioso por varios motivos, como —por ejemplo— asegurar el comercio de diversos productos y no solamente de soja y sus derivados. Pero, además —y puede ser el más importante—, es que el Estado argentino (los convenios se realizan entre países) tenga que ordenarse y fijar una estrategia en el mediano y largo plazo para cumplir sus compromisos; porque si no lo hace quedará fuera del futuro que está asentado en los países asiáticos. Como contrapartida, tendrá que fijar una política hacia adentro que signifique previsibilidad y hasta defensa de su soberanía en cuanto a venta y producción en sus tierras, cosa que hasta el momento no ocurre.
Por lo tanto, si quiere conseguir objetivos prácticos y beneficiosos para su población, no tendrá otra opción que dialogar con todo el sector agroindustrial, incluidas las grandes entidades de productores, como la Mesa de Enlace, y pasar por el Congreso. Estamos —y creemos no equivocarnos— ante una oportunidad única porque no sólo se deberá producir, sino también agregarle valor a cada actividad para que el beneficio, en definitiva, quede en el país, para que sus habitantes puedan vivir mejor. Por cierto que nada se podrá lograr sin un plan estructurado de desarrollo.